30 días para maratónica agenda en el Congreso
Las cuentas para el trámite no cuadran. Así las cosas, será un nuevo Gobierno el que establezca las prioridades en los temas a discutir.
Quienes ocupan las 268 curules del actual Congreso tienen dos tareas que tendrán que materializar antes del 20 de junio: sacar adelante los proyectos que quedaron en el tintero antes del receso de diciembre y debatir los nuevos que sean radicados.
La agenda está compuesta por varias iniciativas que no pasarán debido a los tiempos; otras que podrían sumar, al menos, un debate puede que no sean discutidas por falta de quorum, pues los parlamentarios están más concentrados en la campaña política que en la labor del Congreso.
El proceso
Una de las iniciativas a radicar es el articulado del Ministerio de Hacienda para quitarle tres ceros al peso, que ya fue discutida con el Banco de la República y que el Gobierno ha dicho que se están haciendo los últimos ajustes sobre el articulado. Este cambio, según los cálculos de la cartera, le costará a la nación $400 mil millones.
Este proyecto se convierte en un buen ejemplo de los tiempos que puede tomar el trámite legislativo. Después de radicado el proyecto de ley en cualquiera de las secretarías (Senado o Cámara ) el reparto a una comisión se demora una semana. Por la naturaleza del proyecto iría a la Comisión Tercera encargada de los temas de economía nacional. Antes de la discusión se debe radicar un informe de ponencia al respecto.
Este informe lo realiza uno de los miembros de la comisión como una lectura previa para impulsar o desestimar la iniciativa. Aprobado el informe (no importa si es positivo o negativo), comienza la discusión, que requiere que se llamen a expertos, se expongan argumentos y se vote, en la mayoría de los casos artículo por artículo.
Si la comisión decide aprobar el proyecto este pasa, una semana después, a la plenaria. Si es radicado con mensaje de urgencia, para ahorrar tiempo, las comisiones terceras de Senado y Cámara se reúnen de manera conjunta en una sola sesión.
Esto demuestra que el proyecto, solo pasando entre comisiones y plenarias, necesita cuatro semanas para ser aprobado, tiempo con el que no cuentan los congresistas que van de salida.
El paquete legislativo
Otra de las propuestas que se deberán discutir es aquella que prohibe la tauromaquia en Colombia, que ya está en segundo de cuatro debates y es de las pocas que tienen el tiempo garantizado para su aprobación.
El proyecto de ley de sometimiento a la justicia de las bandas criminales, que fue radicado por el ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, ya ha generado críticas por posibles bene-
ficios a disidentes de las Farc. Este es un asunto espinoso que no tendrá un trámite ágil.
Además, las cortes presentaron el proyecto de reforma constitucional, ocho debates, para quitarse las facultades de elección de Procurador y Contralor. Sin embargo, por tiempos, es imposible que este Congreso logre su aprobación.
Otro proyecto de reforma constitucional, que nació prácticamente muerto y que está para discusión, es el que anunció el senador Roy Barreras, del Partido de La U, para revivir las 16 circunscripciones de paz que incluye un artículo para que solamente voten las personas inscritas en el Registro Nacional de Víctimas.
Hay otras iniciativas fruto del Acuerdo de paz con la Farc que no superaron su trámite. Entre ellas están el que deberá radicar el ministro del Interior, Guillermo Rivera, que implementa el procedimiento de la Justicia Especial para la Paz (JEP), que está siendo discutido con los magistrados de ese tribunal quienes ya se posesionaron en sus cargos.
Además, Rivera deberá presentar al legislativo: el Catastro Multipropósito, la Innovación Agropecuaria, aquel que crea un tratamiento penal diferenciado a los pequeños cultivadores de coca y el proyecto de titulación de baldíos.
En estos momentos, la que se llamó la aplanadora legislativa de la Unidad Nacional, cuenta con poco entusiasmo parlamentario, pues los congresistas están más interesados en adherirse a quien será el nuevo presidente que en apoyar al que va de salida. De hecho, pese al tamaño de la tarea, en Semana Santa el Congreso no sesionó y cada vez son menos los días que tiene para terminar su tarea