CONSECUENCIAS DE UN CASO RECIENTE
Aunque no se conoce en detalle los términos en los que se produjo el atraco y qué se puede probar y qué no, el profesor especialista en derecho penal estimó que de no aplicar la legítima defensa, por una de las restricciones ya explicadas, el conductor de la camioneta podría enfrentar uno de estos dos delitos: lesiones personales dolosas, que sería el escenario más favorable, o una tentativa de homicidio. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, se refirió al respecto y opinó que en ningún caso las víctimas deberían verse comprometidas de una pena privativa de la libertad: turaleza (todos contra todos) y lo que hace el derecho es establecer unos límites (...) que no pase a ser un acto de venganza”, indica el catedrático.
Lo delicado del asunto es que cuando la persona se excede en los límites de la legítima defensa la persona que era víctima de un delito podría tener responsabilidad penal por las lesiones que eventualmente cause, y eso tiene unos atenuantes de la pena.
Que uno nunca sabe cómo reacciona ante una situación de violencia se escucha en los comentarios cuando un hecho de inseguridad surge en una conversación espontánea. Muchas veces los ciudadanos coinciden en que no se debe oponer resistencia, pero a la hora de sufrir una agresión algunos responden de una manera diferente.
“Hay otro escenario jurídico distinto, que no hace que sea lícita pero sí da lugar a que la persona se le pueda declarar inculpable, que es cuando la persona reacciona en un estado que llaman miedo insuperable que es una causal que excluye la culpabilidad”, detalla el abogado penalista sin dejar de un lado que esa pérdida de la posibilidad de controlar racionalmente la actuación tiene problemas prácticos para lograr probarlo en un eventual llamado de la justicia