El Colombiano

Un colegio, la primera víctima que deja el edificio Bernavento

Una tradiciona­l institució­n educativa cerró porque los padres sacaron a los alumnos cuando supieron de las fallas estructura­les que tenía el inmueble. Esta es la historia.

- Por VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ C.

El colegio Nuestra Señora, en la loma de los Bernal, funcionó durante 47 años y era reconocido por su buen nivel académico y el minucioso cuidado que los docentes le daban a los niños. Su único pecado fue ser vecino de Bernavento.

En abril de 2015, cuando se reveló a la opinión pública las fallas estructura­les del edificio, los padres de familia comenzaron a manifestar su preocupaci­ón por la seguridad de sus hijos. El temor aumentó cuando se conoció que Jorge Aristizába­l Ochoa, el calculista del Space, también había hecho los diseños estructura­les de Bernavento, a escasos 100 metros del colegio.

José Ignacio Lotero, uno de los padres de familia, comenta que en principio no le preocupó tanto el riesgo que pudiera representa­r Bernavento, pues la gente seguía habitando el edificio y apenas se hablaba de hacerle estudios.

“Desde mitad de 2015 y para 2016 hubo una desbandada de niños. En el salón de mi hijo solo quedaron 5 de 21 que había. Los padres de familia decían que los sacaban por temor de lo que pudiera pasar con el edificio”, comentó.

La situación llevó, según Lotero, a que las directivas del colegio decidieran cerrarlo por la dificultad económica que empezaron a afrontar debido al éxodo de alumnos.

Nuestra Señora duró poco más de un año cerrado y luego, en ese terreno, se empezó a construir el hogar para adultos Hábitat.

“El colegio fue la primera víctima de Bernavento. Si ese edificio no hubiera tenido problemas, estoy seguro que Nuestra Señora todavía funcionarí­a”, apuntó el padre de familia.

El hogar geriátrico lleva más de tres meses abierto. El edificio era habitado por 54 adultos mayores que debieron ser evacuados.

El Dagrd confirmó que realizó varias visitas de inspección a Bernavento y al colegio, solicitada­s por padres de familia, pero no hubo orden de evacuación.

Vecinos damnificad­os

Aunque en San Miguel, Lomas del Viento, Torres de los Bernal —vecinos de Bernavento—habitantes tendrán que evacuar por horas mientras se haga la implosión, en Bernalejas los residentes son quienes más han sufrido con los daños de ese edificio.

Carolina Zapata, lleva 10 años viviendo allí, contiguo al que era el colegio y hoy el hogar Hábitat. Afirma que siente rabia “por la manera como le robaron la plata a la gente”.

“Me pongo en los zapatos de los propietari­os de Bernavento. Por lo menos a nosotros no sacan por precaución, a ellos es porque el edifico está malo”, apunta.

Para Andrés Vergara, también propietari­o de Bernalejas, la situación no es diferente. Recuerda que la noche que el Dagrd, máximo organismo de emergencia­s de Medellín, ordenó la evacuación salió corriendo de su apartament­o.

“Confío en regresar pronto cuando tumben ese edificio y que la implosión sea bien planeada, que no afecte a las viviendas vecinas”, concluyó

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