UNA OFICINA DE ARQUITECTURA
Para la curadora, arquitecta y museóloga Lucrecia Piedrahíta, una de las más reconocidas de la ciudad, la mejor oficina de arquitectura local es Obranegra, “trabajan arquitectura de verdad”. Dos de sus maquetas conceptuales hacen parte de la exhibición. Una es del colegio Antonio Derka, en Santo Domingo Savio, una de las zonas más deprimidas de la ciudad, por falta de inversión social; y la otra, la casa El Carajo en La Fe, un proyecto de vivienda privada. En ambos se muestra cómo las propuestas arquitectónicas se relacionan con el paisaje.
La novedad, según Piedrahíta, es que no hay un solo arquitecto que no hubiera preparado la obra explícitamente para la exhibición.
Es el caso de Carolina Uribe Cepeda, arquitecta de la UPB que presenta su primera instalación. Desde su estudio de diseño arquitectónico se ha preocupado por integrar un componente artístico a sus propuestas. “La arquitectura te da una concepción del espacio y el habitar; y el arte da la vista sensible y una capacidad de vista y abstrac- ción”, apunta la arquitecta.
Para Carlos Pardo, arquitecto de Obranegra, solo en ese instante en el que lo arquitectónico logra “evocar y emocionar”, es donde la estrecha relación con el arte se termina por afianzar.
Wunderkammer
Todo esto se organizará bajo el concepto de “museografía acumulativa” que caracterizó la Cámara del Príncipe, el Studiolo o la Wunderkammer. Según la curadora, la disposición hace que el ojo se mueva constantemente en la sala para descubrir diferentes focos de atención.
Leer esas correspondencias entre la arquitectura y el arte, según la curadora, dará mejores herramientas al visitante para la apreciación estética. “Aprender a mirar con otros ojos o mostrarle a la gente que la vista debe ser aprendida”.
Por el tamaño de la muestra, la novedad museográfica y la temática, esta es una de las exhibiciones más importante de la ciudad este año