El Colombiano

Salud militar agoniza por falta de medicinas

Los dispensari­os militares llevan desabastec­idos más de seis meses y los usuarios reclaman mejor antención. En Antioquia hay 5.299 afectados.

- Por JAVIER ALEXANDER MACÍAS

Si el infierno existe, las últimas cuatro noches Karen Hoyos ha sentido morir en sus brasas. Su esposo es un soldado profesiona­l que lleva cuatro noches sin conciliar el sueño, y ella, que lo ha acompañado en las vicisitude­s de 8 años de matrimonio, no aguanta este desvelo; pero no se duerme, teme que una noche, silenciosa­mente y agazapado, su marido le clave cualquier objeto en el corazón.

Desde 2015, el militar espera medicament­os de siquiatría para tratar los trastornos causados por la guerra: una emboscada de las Farc en 2013 lo dejó sin el 70% de utilidad en su oído izquierdo, con el derecho escucha a medias porque perdió el 40%, ve borroso por las esquirlas que se incrustaro­n alrededor de los ojos —de las mismas que se clavaron en sus testículos y brazo derecho—, no puede hacer fuerza y no pueden hacerle una resonancia porque en el cerebro tiene elementos metálicos de la detonación.

“Hace tres meses no me dan los medicament­os para él. No tengo plata para comprarlos y los que me prestan ya no lo hacen porque no tengo cómo pagarles. Cada mes es 1.000.000 de pesos y no trabajo. Una amiga, que recoge medicament­os para un ancianato es la que me está provisiona­ndo, sobre todo pastillas para dormir”, cuenta la mujer.

El esposo de Karen es uno de los 495 pacientes de siquiatría que tienen pendientes medicinas y se suma a los 5.299 convalenci­entes que, solo en Antioquia, esperan por los paliativos para sus dolencias. Entre ellos se cuentan: 41 de cáncer, 638 hipertenso­s, 200 con VIH (Sida), 473 con infeccione­s respirator­ias y 276 con diabetes.

En total en el departamen­to, entre el 1 de noviembre de 2017 y el 6 de marzo de 2018, hay pendientes por entregar 15.529 fármacos según datos de la Red Nacional de Veedurías de Salud de las Fuerzas Militares. La entidad indica que de 600.000 usuarios del subsistema de Sanidad Militar, 400.000 están afectados por que no reciben la droga. La razón: las estantería­s de los dispensari­os están vacías.

Una larga crisis

El pasado viernes Karen sumó otra decepción a su larga lista de desilusion­es. Ese día recibió un llamado del dispensari­o militar ubicado en la IV Brigada para que fuera por medicament­os, pero cuando llegó a la farmacia recibió la respuesta de siempre: no hay.

“Tocó entutelar porque yo no me aguantaba. Uno es ruegue que ruegue por los medicament­os. Los estaban entregando bien hasta el 2015 y me llegó un día que no había, diciembre, enero y febrero con esfuerzos para comprarlos, pero ya no me da”, dice Karen.

La falta de medicinas en los dispensari­os militares es una situación que los usuarios afectados dicen inició hace tres años cuando el operario logístico, denominado Droservici­o Ltda, comenzó a presentar fallas en la distribuci­ón.

El sargento primero (r) Tarcisio Villanueva Galicia, vicepresid­ente Veeduría Sanidad Militar Tulúa, asevera que desde el 2017 se presenta un desabastec­imiento severo “porque ellos han dejado de despachar medica- mentos de alto costo para personas que necesitan diálisis, que dependen de la insulina, que tienen VIH, que no pueden suspender el tratamient­o. La vida de estas personas se ha visto muy afectada, estamos en una calamidad porque pasa en todos los dispensari­os y lo que dicen los funcionari­os es que no hay”.

La crisis de la que habla el sargento (r) Villanueva ha tocado todas la farmacias militares del país. Antioquia, Arauca, Quindio, Tolima, Meta, Atlántico, Bolívar y otros departamen­tos denuncian que las estantería­s están vacías y los usuarios tienen pendientes las dosis de dos y tres meses.

Cartagena es uno de esos ejemplos. En un radiograma conocido en exclusiva por EL COLOMBIANO, el capitán de Navío, Ibo Plazas Moreno, director del Hospital Naval de esa ciudad, dejó consignado que a partir del 18 de mayo se restringir­ía la atención hospitalar­ia “en vista a desabastec­imiento de medicament­os y teniendo en cuenta afecta atención integral pacientes (sic)”.

El sargento (r) Julio Andrés Oyola, integrante de la veeduría en Armenia, Quindío, explica que en su zona empezó el desabastec­imiento entre octubre y noviembre de 2017 “y empezamos a observar que el problema era el proveedor. El nuevo almirante se dio cuenta de que había anomalías en la entrega no oportuna de los medicament­os a las farmacias y a los usuarios y no hizo nada. Solo se surtían con lo que había en otros dispensari­os y rotaban las medicinas”.

Oyola comenta que en su departamen­to son 20 mil afiliados afectados por el no suministro de paliativos y pone como ejemplo el caso de Nohelva Gutiérrez Hinco, una mujer que desde octubre espera que Sanidad Militar le entregue la droga contra el cáncer, y ni con tutela lo han hecho. Oyola, como los otros veedores, señalan de la crisis al anterior operador logístico: Droservici­o Ltda.

Los enredos con Droservici­o

El 26 de diciembre de 2014, la dirección General de Sanidad Militar representa­da por el mayor general del Aire, Julio Roberto Rivera Jiménez, y Droservici­o, representa­do por Diego Londoño, firmaron el contrato 060 DGSM 2014. El objeto de este, y según el documento conocido por EL COLOMBIANO, era “la adquisició­n, distribuci­ón, suministro, dispensaci­ón y control de medicament­os”.

Reza el contrato que la duración de este iría hasta junio de 2018. Su valor fue de 434 mil 326 millones de pesos, de los cuales a 2018, Droservici­o Ltda ejecutó 371 mil 905 millones de pesos.

En el papel, este operador se encargaría del buen funcionami­ento en la entrega de medicament­os a los usuarios de Sani- dad Militar, pero como denuncia Jairo Mosquera, presidente de Asociación de Usuarios del dispensari­o médico de Medellín y miembro del consejo superior de salud de Fuerzas Militares, fue un contrato que nació con irregulari­dades porque el representa­nte legal de 2014 les dice que solo pueden comprarle a algunos laboratori­os.

Sumado a esto, con menos de un año de funcionami­ento, Droservici­o, según la red de usuarios, comenzó con el incumplimi­ento en la entrega de los fármacos.

En octubre de 2015, explica Mosquera, antes de Droservici­o cumplir un año del contrato, solicitó que le incrementa­ran los valores, y el entonces director de sanidad en lugar de decirle que consultara la cláusula 35 en donde se consignó que no se reconocerí­a dinero por cambios en los precios de medicament­os, fluctuació­n monetaria, alteracion­es en el sistema financiero o cambios en la legislació­n, le preguntó al operador por qué no justificó que le tenía que pagar ese incremento.

“Él ha debido sacar una resolución, negar la pretensión del contratist­a y decirle no le pago por lo que dice la cláusula. Eso se dilató en el tiempo,

hubo cambio de director y llevó a que a mediados de 2017 reclamarán 60 mil millones de pesos de indemnizac­ión por el incremento de los precios”, comenta Mosquera.

Con este panorama a la Dirección de Sanidad Militar llegó el vicealmira­nte César Augusto Gómez Pinillos en septiembre de 2016. Consultado por EL COLOMBIANO sobre si tenía conocimien­to de las presuntas irregulari­dades con Droservici­o porqué se continúo con el contrato, el alto mando militar asevera que no tenía ninguna observació­n en ese momento.

“A partir del momento que yo recibo la decisión de la entidad fue resolver todos los problemas que había, el pago de las glosas, garantizar un flujo de caja para que el operador logístico pudiera hacer su operación con músculo financiero, comprar los medicament­os y nos cumpliera”, dice el vicealmira­nte Gómez.

Con esa visión, y según explica Gómez, al final de 2017 se decidió ampliar el cupo del anticipo por 36.000 millones “y se hizo una compra directa a través de una fiducia a la industria farmacéuti­ca garantizan­do el suministro de medicament­os pendientes de noviembre y octubre y por 120 días en los meses de diciembre de 2017, enero, febrero y marzo de 2018”.

Gómez dice que se tomó esa decisión porque la empresa empezó a tener problemas internos, la industria farmacéuti­ca le cerró puertas “y eso nos obligó para garantizar el servicio”. Por esa falla tiene en este momento en curso cinco debidos procesos en la entidad, con dos multas a pagar: una de 350 millones de pesos y la otra de $190 millones, informa el vicealmira­nte.

No obstante, la compra no fue suficiente ante el represamie­nto de fórmulas, y los medicament­os se agotaron rápidament­e. La crisis se agudizó y la Red Nacional de Veedurías solicitó al ministerio de Defensa implementa­r la urgencia manifiesta, la cual fue dispuesta con la resolución 1636 del 14 de marzo de 2018 para atender la falta de medicament­os, pero según el vicealmira­nte no la consideró necesaria y para hacerlo, primero tenía que declarar la caducidad del contrato con Droservici­o y en esa vía, tenía que tener en cuenta los informes de los directores regionales que no reportaron anomalías.

Se cedió el contrato

El salvavidas que el vicealmira­nte Gómez le tiró en 2017 a Droservici­o Ltda no sirvió y, por el contrario, como lo reconoce el mismo director de Sanidad Militar, en el 2018 siguieron bajando los niveles de dispensaci­ón de medicament­os a condicione­s muy críticas. En abril el operador logístico solicitó la cesión del contrato.

El alto mando militar explicó en conversaci­ón con este diario el 17 de mayo que se cumplieron todos los requisitos y que ese día, cinco minutos antes de la conversaci­ón, se firmó el acta de cesión de contrato a Audifarma. Sin embargo, el documento conocido por EL COLOMBIANO señala que fue firmado el 9 de mayo del año en curso.

En este nuevo documento, queda claro que fue Droservici­o quien recomendó a Audifarma-Medex como la empresa que ejecutaría el resto del contrato por un valor de 62 mil 421 millones de pesos, y según el vicealmira­nte lo hace libre y voluntaria­mente.

Ante esta decisión, el coronel (r) José Vicente Urbina Sánchez, presidente Red Nacional de Veedurías, indica que esta

cesión esta viciada porque “solo es un cambio en la titularida­d del contratist­a”.

Y la relación la evidencia con el contrato celebrado el 24 de febrero de 2016 con el que Droservici­o Ltda y Audifarma realizan una alianza estratégic­a para surtir los dispensari­os con los medicament­os para los militares. Incluso, esta alianza viene desde 1998, como lo muestra Audifarma en su página web.

Dice el vicealmira­nte Gómez que la decisión de aceptar a Audifarma “se dio primero por la solicitud de cesión del contrato que a considerac­ión personal es la que genera menos traumatism­o y nos permitirá resolver y poder nivelar el servicio”, y agrega que mañana comenzarán a despachar los medicament­os y a surtir los dispensari­os del país con las medicinas que no han llegado por tres meses.

Pero esta promesa ya la han escuchado los usuarios de Sanidad Militar miles de veces. Ante el incumplimi­ento, en la última semana realizaron plantones en Barranquil­la, Ibagué y otras ciudades para exigir que les cumplan.

Con esta decisión Karen Hoyos también cambia la cara de desilusión que trae la espera por los medicament­os de su esposo. Ella dice que solo aguarda que el Ejército le devuelva parte del hombre que conoció antes de la emboscada guerriller­a que les cambió la vida, y recuperar las noches tranquilas hoy vueltas un infierno

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FOTO EDWIN BUSTAMANTE Y CORTESÍA 1. Fachada dispensari­o de Medellín. Sanidad no autorizó ingreso. 2. Estantería farmacia Medellín. 3. Estantería dispensari­o Ibagué.
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 ??  ?? Contrato inicial de Droservici­o con Sanidad Militar por más de 400 mil millones de pesos. Contrato con el que Droservici­o cedió la ejecución a Audifarma-Medex, para la entrega de medicament­os. Radiograma en el que el Hospital Naval de Cartagena...
Contrato inicial de Droservici­o con Sanidad Militar por más de 400 mil millones de pesos. Contrato con el que Droservici­o cedió la ejecución a Audifarma-Medex, para la entrega de medicament­os. Radiograma en el que el Hospital Naval de Cartagena...
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