El Colombiano

QUE TODOS SEAN COLOMBIANO­S

- Por DAVID ESCOBAR ARANGO * david.escobar@comfama.com.co

Querido Gabriel, Gracias a Aldo, esta semana conocí a Leoluca Orlando, reconocido como el alcalde antimafia de Palermo, capital italiana de la cultura en 2018. Me inspiraron muchas cosas de su discurso: su ánimo in- vencible de servir, su respuesta contra intuitiva ante los problemas sociales, su confianza en la juventud y la ausencia de miedo ante la diversidad y lo desconocid­o, que guía su postura ante la migración. Quiero aprovechar su visita para reflexiona­r sobre esto último. ¿ Qué tal si conversamo­s sobre migración y nuestra reacción ante esa realidad?

¿De dónde somos? ¿A ti te preguntaro­n tus padres dónde querías nacer? Luca, como se presenta, dice: “Las raíces son importante­s, pero si no les pones alas, te sofocan. Al contrario, si tienes alas sin raíces, te vuelas como una cometa llevada por el viento. Pero no olvides que cada uno elige sus raíces”. Dice que cuando le preguntan por el número de migrantes africanos que hay en Palermo, responde: “¡Ninguno, todos son palermitan­os!” ¿Qué dirían los amigos de tu tertulia ante la misma pregunta, cambiando África por Venezuela?

“El futuro del mundo está en la cultura”, dice, y la define con simplicida­d como esa posibilida­d de “vivir con los otros”, y a partir de estas palabras, afirma que la humanidad girará en torno a las conexiones. “El futuro está en Google (conexiones digitales) y en Ahmed el migrante africano, o Marcos el migrante venezolano (conexiones humanas)”. No duda en declarar que la actitud ante la migración es el termómetro del cambio cultural de un pueblo.

En su Carta de Palermo ( 2015) desafía el sentido común y la posición política de casi toda Europa. ¿ Qué tal dejar de ver la migración como un problema? Sugiere asumirla como el resultado natural del “derecho a escoger el lugar donde vivir mejor y no morirse” y propone el derecho a la acogida. Además, la ve como una gran oportunida­d para los pueblos receptores.

¿ Qué dirían tus amigos políticos, empresario­s, ciudadanos, si les dijeran que los migrantes venezolano­s nos ayudan a ser mejores? ¿ Será que tiene razón este hombre magnífico y estas personas con acento diferente vienen a recordarno­s nuestros derechos y nos pueden ayudar a redescubri­r el mérito?

Luca nos contó dos historias. La de una mujer nacida en Palermo, con discapacid­ad, que expresaba su alegría porque con la acogida amorosa que él les dio a los migrantes, ella se sentía más incluida: “Ya no me siento distinta”. Otra, la de un aviso que publicó en el periódico local cuando un joven médico palestino ganó un concurso público para una posición en el hospital de la localidad. “Felicitaci­ones a esta persona talentosa que quitó un puesto a un médico palermitan­o menos hábil que dependía de una rosca política”. Este político audaz, confronta a sus conciudada­nos con sus defectos (racismo, exclusión, xenofobia) y los invita a abrazar el cambio. Está convencido de la nobleza de su causa: “Si hablas claro, la gente entiende”, y nos recuerda algo importante, imprescind­ible, al despedirse: “Quien entiende el cambio, vive sin miedo” * Director Comfama

Leoluca Orlando no duda en declarar que la actitud ante la migración es el termómetro del cambio cultural de un pueblo. Sugiere asumirla como el resultado natural del “derecho a escoger el lugar donde vivir mejor y no morirse” y propone el derecho a la acogida.

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