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La obra más reciente de este artista antioqueño se exhibe por estos días en la Casa de la Memoria.
Conozca la obra más reciente del artista Luis Fernando Peláez.
Su taller en El Retiro está ubicado en el cañón de una montaña. El maestro explica que es tal la fuerza que hay allí que procura mejor ajustar las puertas para que no lo distraiga tanto paisaje. “Entonces yo las cierro y el paisaje entra en mí”, dice y tira el portazo. El artista y arquitecto Luis
Fernando Peláez (1945) nació en Jericó. Su obra se caracteriza por reflexionar sobre temas trascendentales. Ha participado en importantes eventos como la Bienal de Vancouver de 2014 (Canadá), Arco 2005 (Madrid, España), en Sao Paulo (Brasil) la Sexta Bienal de Arquitectura (2005) y la XXV Bienal de Sao Paulo (2002).
Desde mediados de los 70 se ha destacado en su trabajo como artista plástico en múltiples formatos, que incluyen dibujo, acuarela, serigrafía, pintura y fotografía. También ha producido collages, ensamblajes con materiales diversos (telas, resinas, acrílicos, madera, hierro, vidrio) y ha usado objetos como sombrillas y alambres.
Hechos de memoria
Su más reciente trabajo se expone en el Museo Casa de la Memoria de Medellín, un espacio que parece hecho a su medida. Desde 1970 Peláez ha trabajado la memoria y el tiempo.
“Esto que llamamos tan fácilmente memorias, tiempos o conflictos, tiene una cantidad de alternativas. Es tanto lo que ha ocurrido que no sabemos dónde colocar el olvido”, dice.
Siente ahora que le queda mucho por hacer. Los últimos días han sido de investigación y sentidos, de un trabajo “memorioso” al que le persiguen otros recuerdos. “Hay memorias dentro de otras memorias”.
Además, recordar para Peláez tiene una relación cercana al sufrimiento. “Hay espacios tan determinantes como la ciudad, los ríos, donde han ocurrido historias que conocemos o no, o a veces las olvidamos antes de conocerlas, como una manera de protección ante el dolor de estas historias perdidas”.
Una poética
Para el curador e investigador
Conrado Uribe, la obra de Peláez ha demostrado durante cuatro décadas una coherencia que le ha dejado un lugar importante en las artes plásticas colombianas.
“Es muy valiosa la fuerza poética que se reconoce en dos asuntos transversales, la memoria y el tiempo, que no aborda de manera literal o planfletaria, sino desde una expresión metafórica que logra conectar de manera profunda al espectador”, comenta Uribe.
Finalmente, destaca la influencia que ha tenido sobre las nuevas generaciones de artistas, tanto en las artes visuales como en la arquitectura.
Ha hecho intervenciones públicas como el bosque urbano de la Plaza Cisneros, en Medellín, o una escultura gigante en una estación de tren en Liverpool. Ambos proyectos los realizó junto a su hijo, Juan Manuel, igual arquitecto.
Decía Jorge Luis Borges que estamos hechos, en buena parte, de nuestra memoria. Peláez, consciente de que la memoria es esquiva, se deja ir y llevar por el tiempo. Con un tono socarrón, antes de despedirse advierte que mañana no se hace responsable por sus palabras.
Por ahora, prepara una exposición individual “monumental” para el Museo de Arte Contemporáneo de Lima
EN DEFINITIVA
La exposición Noche del tiempo es una buena oportunidad para acercarse a la obra del artista antioqueño Luis Fernando Peláez, estrechamente relacionada con reflexiones sobre la memoria.