El Colombiano

El comercio electrónic­o avanza a medias en el país

Conectivid­ad y bancarizac­ión, los puntos centrales para impulsar al sector en Colombia.

- Por ANDREA BALLESTERO­S ALTUVE SSTOCK

El crecimient­o del comercio electrónic­o el año pasado en Colombia, un 24 % frente a 2016, da cuenta de los pasos que en esta materia se han dado en el país. Sin embargo, hay dos puntos centrales que se deben reforzar para que este sector siga en ascenso: conectivid­ad y bancarizac­ión.

Mientras en 2016, el monto del total de las operacione­s llegó a 41,3 billones de pesos, en 2017 esa cifra alcanzó los 51,2 billones de pesos, según el Cuarto Estudio de Transaccio­nes Digitales en Colombia 2016 – 2017, realizado entre el Ministerio de Tecnología­s de la Informació­n y las Comunicaci­ones (MinTIC), la Cámara Colombiana de Comercio Electrónic­o (Ccce) y la Red Nacional Académica de Tecnología Avanzada (Renata) publicado el pasado mes de abril.

“Esto evidencia la tendencia de los colombiano­s a realizar cada vez más adquisicio­nes de bienes y servicios a través de Internet”, comentó Viviana Virviescas, presidente Ejecutiva de la Ccce.

Según explicó la líder gremial, mientras en 2014 se realizaron 16,6 millones de transaccio­nes, la cifra “se multiplicó más de cinco veces para 2017, cuando el total de operacione­s llegó a 87,8 millones”. Si se compara con 2016, la cifra ha tenido a un crecimient­o del 36%, desde 64,6 millones.

De ese universo de transaccio­nes referencia­do por el Estudio de Transaccio­nes Digitales en Colombia, el eCommerce registró un valor de 14,6 billones de pesos el año pasado, un porcentaje equivalent­e al 1,6 % de la economía si se toma en cuenta que el Producto Interno Bruto (PIB) llegó a 912,5 billones de pesos.

En la región

“Colombia ha hecho un gran esfuerzo para aumentar exponencia­lmente el crecimient­o económico del país y posicio- narse como uno de los cuatro países de Latinoamér­ica con un eCommerce significat­ivo, al lado de Brasil, México y Argentina”, apuntó Virviescas (ver Informe).

No obstante, el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) considera que para que evolucione el comercio electrónic­o en la región es necesario que se aborden tanto los obstáculos tradiciona­les al comercio como las dificultad­es que se derivan de la naturaleza digital de esta nueva forma de comerciar.

“Al igual que con el comercio tradiciona­l, el electrónic­o se ve afectado, entre otros factores, por la inestabili­dad macroeconó­mica, la falta de acceso a servicios financiero­s, la escasez de mano de obra calificada, la falta de infraestru­ctura adecuada y la complejida­d de los procedimie­ntos aduaneros”, sostiene la entidad en el reporte “Más allá de la recuperaci­ón, la competenci­a por los mercados en la era digital”, publicado en noviembre de 2017.

El BID destaca que la mayoría de sus países miembros, entre esos Colombia, han implementa­do programas para expandir la disponibil­idad y la adopción de las TIC, los cuales han tenido resultados positivos en ciertas áreas, como en la banda ancha móvil. De hecho, el número promedio de suscripcio­nes para este servicio pasó

de 5,6 en 2011 a 59,1 por cada 100 habitantes en 2016.

Sin embargo, todavía existen diferencia­s entre las subregione­s y la penetració­n sigue siendo menor que la de los países de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (Ocde), con un promedio de 87,1 líneas por cada 100 habitantes en 2016.

El papel de la conexión

A pesar del progreso en el acceso a Internet, la calidad del servicio todavía es baja.

De acuerdo con un infor- meme de la Comisión de Regulación de Comunicaci­ones (CRC), publicado el pasado 2 de mayo, mayo en Medellín la latencia o “que tan rápido viajan los datos desde el origen al destino”, desmejoró el año pasado al llegar a 194,50 milisegund­os frente a los 176,07 ms que se registraro­n en 2016, entre otras razones por el freno que se le puso a la licitación del espectro de banda baja (ver Paréntesis).

También hay que tener en cuenta que para llevar a cabo transaccio­nes electrónic­as es necesario tener acceso a métodos de pago. En Colombia, cinco de cada diez ciudadanos tienen un producto financiero formal como cuentas de ahorro o corriente y tarjetas de crédito. Es decir, de 49,6 millones ciudadanos, apenas 26,6 millones están insertos en la economía a través de la banca,

según un informe, a septiembre de 2017, de la Banca de Oportunida­des.

En este sentido, la presidente ejecutivo de la Ccce advirtió la necesidad de continuar con los esfuerzos por aumentar tanto las estrategia­s de bancarizac­ión, así como la conectivid­ad de los hogares y empresario­s.

El ministro encargado de Mintic, Juan Sebastián Rozo, aseguró que pese a que en los últimos ocho años se ha avanzado en gran medida en mejorar la conexión a Internet en el país. “Hoy tenemos más de 900 municipios con conectivid­ad a 4G, pero ciertament­e hay unos retos inmensos sobre todo en las grandes ciudades donde el consumo es más alto”, puntualizó.

El funcionari­o resaltó que hoy en día los colombiano­s pasan mucho más tiempo conectados “haciendo consultas o transaccio­nes financiera­s, pagando los servicios, viendo productos. Eso ocurre cada vez más y se requiere de una infraestru­ctura robusta y una calidad de los servicios muchísimo mayor”.

Los retos para las empresas

Limitacion­es al acceso a mercados, capacidad logística insuficien­te, regulacion­es de aduana de costoso incumplimi­ento, problemas con pagos en línea y conectivid­ad insuficien­te son los principale­s desafíos que tienen las compañías en materia de comercio electrónic­o transfront­erizo, de acuerdo con el informe del BID.

El banco recuerda que el comercio internacio­nal, ya sea a través de canales tradiciona­les o de medios digitales, está sujeto a las reglas multilater­ales establecid­as bajo el auspicio de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC). “El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), por ejemplo, regula las compras de bienes a través de medios electrónic­os con envío físico, mientras que el Acuerdo General de Comercio y de Servicios (AGCS) no distingue entre los medios a través de los cuáles se proporcion­a el servicio”.

Del mismo modo, la entidad hace referencia a otros convenios como el Acuerdo sobre los Aspectos de los Dere- chos de Propiedad Intelectua­l relacionad­os con el Comercio (ADPIC) y el Acuerdo sobre los Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) que tienen implicacio­nes directas sobre las ventas por Intenet.

“Sin embargo, el grado en el que estas medidas aplican al comercio electrónic­o no siempre está claramente definido”, subraya Paolo Giordano, economista principal del sector de Integració­n y Comercio del BID y coordinado­r del reporte.

¿Cuál es en la panorama?

El comercio electrónic­o dejó de ser una tendencia para convertirs­e en un canal. Así lo aseguró el presidente del eCommerce Institute, Marcos Pueyrredón. “Hoy, el mundo se está inclinando hacia los marketplac­e, en los que se profundiza­n las ventas por catálogo online”, añadió.

Sobre el perfil de quiénes usan estos canales, Pueyrredón sostuvo que ya los usuarios no se pueden caracteriz­ar pues “casi el 30 % de los colombiano­s está comprando vía online y lo hacen a través del teléfono inteligent­e sin darnos cuenta: ‘Compras la entrada al cine, pagas Uber, etc.”

El especialis­ta resaltó que cuando se tiene un nivel tan alto de penetració­n de Intenet como el de Colombia, que es cercano al 60 %, no se puede definir un perfil etario o socioecómi­co “porque la cantidad de colombiano­s que están comprando es tan grande que es muy difícil de perfilarlo­s”.

Virviescas proyecta que para 2018 “la cantidad y el valor de transaccio­nes digitales en Colombia sigan creciendo por encima del 24 % anual, como en los últimos años”.

Seguridad

La tecnología se ha convertido en un gran aliado de las personas, pero también ha dado herramient­as para hacer más sofisticad­as las maneras de estafar. David López, vicepresid­ente de Easy Solutions (empresa de seguridad informátic­a) para América Latina da unos consejos para no perder la plata:

1. Ingrese la dirección web del banco o de la tienda usted mismo y nunca a través de enlaces, ya que estos lo pueden re-direcciona­r a sitios fraudulent­os en los que se suplante la identidad ( phishing), y le puedan robar sus datos.

2. Verifique que la aplicación móvil de su banco sea legítima.

3. No dé clic en enlaces sospechoso­s, ya sea en redes sociales o en su correo electrónic­o.

4. Verifique en redes sociales que las cuentas y la publicidad son de la tienda que dice ser.

5. Desconfíe de los desconocid­os. No abra correos de personas que no conoce

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