FRENO A UNA GUERRA COMERCIAL
La guerra comercial entre Estados Unidos y China no pasó de ser una escaramuza, que terminó con un armisticio firmado el pasado sábado. El acuerdo se dio sin que las medidas anunciadas por las dos partes estuvieran en firme.
China logró la suspensión de los derechos de aduana que les iban a imponer por haber incurrido en transferencias de tecnología forzadas. Los Estados Unidos, por su parte, obtuvo el compromiso de los chinos para propiciar el aumento de la demanda por productos norteamericanos.
Al final, no es claro si se reduce el déficit comercial bila- teral. Tampoco si está resuelto el tema de las transferencias de tecnología o las subvenciones chinas a su industria.
Hay dos enseñanzas del episodio. La primera, la nueva diplomacia del comercio basada en amenazas. La segunda, la sensibilidad de los mercados bursátiles frente el tema