La responsabilidad de Colombia en la elección presidencial
El país debe resolver exitosamente una recuperación ética y unas transformaciones sociales, políticas, económicas y de justicia; debe desarrollarse a pesar de las deformaciones de algunas naciones de la región como Venezuela, y debe terminar de conquistar
“En estas elecciones, el país debe resolver exitosamente una recuperación ética y unas transformaciones sociales, políticas, económicas y de justicia”.
Debates y sangre han costado conquistar sociedades democráticas en las que el acto de libertad más grande del ciudadano, el derecho a votar, le permite elegir su destino y el de su pueblo. Esta responsabilidad superior exige una conciencia intelectual y emocional en la cual no se puede fallar, Martin Luther King, uno de los hombres forjadores de estos privilegios en los Estados Unidos, asociaba la carencia de compromiso con el futuro de su comunidad con una muerte en vida cuando expresaba: “Nuestras vidas empiezan a terminar el día que guardamos silencio sobre las cosas que importan”.
Esta ha sido una campaña intensa en un país polarizado donde a los cinco finalistas se les ha visto entregar todo de sí mismos. Hoy, día de elecciones, serán los votos los que mandarán los mensajes y reflexiones a los líderes de este país.
Humberto de la Calle, este abogado caldense representante del Partido Liberal sorprendentemente nunca despegó a pesar de contar con una experiencia contundente: la ovación de la Constituyente del 91 y la firma del Acuerdo entre el Gobierno Santos y las Farc. Se vio siempre atrapado en el tema de la paz y no pudo convencer y mostrar sus capacidades y conocimiento más allá de este tema.
Iván Duque, también abogado, pero este del Centro Democrático. Un candidato que sorprendió en los debates por la claridad en la expresión de las ideas y carisma, pero ante todo por ofrecer respuestas argumentadas, con cifras y hechos que demostraban de manera transparente su posición y su conocimiento del país. Su juventud es un reto, pero asesorado por expertos como lo ha hecho al rodearse por ejemplo de varios economistas retirados del BID en la creación de su programa, puede llevar a Colombia a un estado diferente y moderno si entiende el voto de opinión y centro que ha conquistado.
Sergio Fajardo, matemático, por Coalición Colombia. Es una buena noticia para el país que existan alternativas serenas y reflexivas entre las extremas derecha y la izquierda, sin embargo, sus alianzas hicieron que aquellos valores que seguían los fajardistas fueran cuestionados por sus mismos seguidores y no fue capaz de entregar las respuestas que neutralizaran esas dudas, como tampoco que convencieran a la sociedad de que tenía ya la preparación de estadista que requieren los retos concretos contemporáneos que implica el máximo cargo del país.
Gustavo Petro, economista, representante de Colombia Humana. El exalcalde de Bogotá parecía no tener a Mede- llín y a Antioquia en su agenda de gobierno, pues fueron varios los desplantes que hizo al territorio mientras falseaba la realidad al país vendiendo una teoría de conspiración. Hubiera sido interesante ver un candidato de una izquierda moderada, pero la suya expresa ideas radicales de las cuales se puede temer que exista un riesgo para valores esenciales de nuestra democracia, como el sistema político, la libre empresa y la libertad de expresión. Su invitación permanente a una lucha de clases es irresponsable.
Germán Vargas, abogado, cabeza de Mejor Vargas Lleras. El exvicepresidente de Juan Manuel Santos tiene para mostrar los resultados en infraestructura y vivienda logrados durante su gestión. Desarrolló su programa con la Fundación Carlos Lleras Restrepo durante un año y en los 27 capítulos que lo conforman ratifica su conocimiento del país, pues son documentos profundos que defendió con dominio en debates y entrevistas. Aunque es un comprobado ejecutor, no siempre está bien rodeado y tiene un temperamento que le juega a favor y en contra.
Estas elecciones tendrán respuestas en las urnas, pero ha sido interesante ver el regreso de la política en la plaza pública, las luchas por la conquista digital, la astucia que exigen los debates y el esfuerzo de los medios de trayectoria, y destaco al equipo político de EL COLOMBIANO, por ofrecer elementos equitativos de análisis para la toma de una decisión informada. La sociedad ha tenido las herramientas para escoger su opción con argumentos y convicción. Tenemos una jornada con candidatos presidenciales interesantes, vicepresidentes de primer nivel y una destacada presencia de la mujer.
Colombia es un país ingenuamente optimista que está en el filo de la navaja, tiene un gran potencial pero enfrenta un momento decisivo internamente y en la región, es ahí donde radica la importancia de quien es escogido como el gran líder de la nación por los próximos cuatro años. El país debe resolver exitosamente una recuperación ética y unas transformaciones sociales, políticas, económicas y de justicia; debe desarrollarse a pesar de las deformaciones de algunas naciones de la región como Venezuela; y debe terminar de conquistar la inversión extranjera y su lugar en el mundo.
Dice el manual de estilo de este diario que “El Colombiano mantiene una radical independencia de los partidos políticos. Las relaciones del periódico con estas instituciones están supeditadas a los superiores intereses de la sociedad”. Consideramos que debemos lograr el respeto en las diferencias, que el ser colombianos nos hace comunidad y por defender su futuro, hoy cada una de las 36.227.267 personas habilitadas debe salir a votar por esa nación que se sueña justa, sin que nada distinto al compromiso con el país decida su voto.