El Colombiano

Santos y sus últimos días de soledad en el gobierno

Algunos ministros anunciaron su renuncia desde la próxima semana. El Congreso aún no se decide por la JEP.

- Por EDUARDO BONCES

Otros eran los días cuando el sol brillaba para el saliente gobierno, en los que bastaba un llamado del presidente Juan Manuel Santos para que el Congreso iniciara la aprobación de las leyes y reformas. Ahora, ni con ayuda de los ministros o la presencia del fiscal Néstor Humberto Martínez, son acogidos por los parlamenta­rios .

Semanas atrás el legislativ­o trabaja con languidez regodeándo­se en elogios para el nuevo jefe de Estado como sucedió el 18 de junio, un día después de que los colombiano­s escogieran presidente. Ese día la mayoría de las bancadas del Senado, representa­das en el Partido de La U, Cambio Radical y conservado­r se dedicaron a felicitar, al mismo tiemopo que mertían en la nevera la reglamenta­ción de la Justicia Especial para la Paz (JEP).

Esas mismas bancadas en las que Duque tiene una mayoría cercana al 80 % fueron las que hicieron oídos sordos a los dos llamados que ha hecho el presidente Manuel Santos, para que se apruebe el denominado eje central del Acuerdo de paz.

De hecho, Santos, el pasado miércoles, envió a los congresist­as una solicitud para que se impulsara la iniciativa antes de que se terminara el periodo de sesiones ordina- días le quedan al Gobierno Santos, quien busca el respaldo del Congreso.

rias: “si por cuestiones de medición de fuerzas políticas se quiere posponer esa decisión, yo les digo a los senadores que jueguen en otro escenario a las contiendas. La paz debe estar por encima”, dijo.

Y agregó: “No hay excusa para no tomar esa decisión, posponer esa sesión con el pretexto, o como se argumento de que la Corte Constituci­onal no le ha dado el visto bueno a una ley estatutari­a sobre este tema, no es válido porque lo que se está reglamenta­ndo no es la ley estatutari­a, sino un acto legislativ­o que ya tiene aval constituci­onal”, dijo el primer mandatario.

El llamado fue atendido por la Cámara que aprobó la medida pese a la proposició­n presentada por el representa­nte Álvaro Hernán Prada para que el proyecto fuera discutido después de la posesión del nuevo legislativ­o.

Ante este nuevo aire el gobierno llamó a sesiones extras. Sin embargo, la suerte del proyecto todavía no está decidida pues aún no ha asegurado las mayorías y puede que no las asegure.

EL COLOMBIANO conoció que cerca de 18 parlamenta­rios salieron del país o están a punto de hacerlo pues habían planeado sus vacaciones para esta fecha, al menos otros 18 presentaro­n impediment­os, lo que suma 36 congresist­as ausentes. Además, de la bancada del Centro Democrátic­o que, con 20 congresist­as, dejaría activos solo a 46 para conformar las mayorías.

Las maniobras para dilatar el proyecto son variadas, los parlamenta­rios pueden asistir y levantarse antes de la votación para que la mesa directiva se vea obligada a posponer; pueden dedicarse a deliberar sobre otras situacione­s e incluso la mesa directiva puede no poner el proyecto como primero en el orden del día.

El senador del Partido Liberal, Guillermo García Realpe, advierte que por ley los congresist­as deberán asistir “y en caso de no hacerlo nos sometemos a sanciones diciplinar­ias y a demandas de pérdida de investidur­a ante el Consejo de Estado”.

Sin embargo, el secretario del Senado, Gregorio Eljach, sostuvo que en la Ley Quinta, que regula el funcionami­ento del legislativ­o no están contemplad­as sanciones expresas

en contra de los parlamenta­rios en caso de inasistenc­ia a la convocator­ia presidenci­al.

La agenda del mandatario se concentra en viajes internacio­nales, rendicione­s de cuentas con todas sus carteras y en tratar de salvar el proyecto de Justicia Especial para la Paz. Como lo aseguró el ministro del Interior, “el gobierno trabajará hasta el último día por la implementa­ción de la paz en Colombia”.

Según Carlos Arias, profesor de la maestría en comunicaci­ón política de la Universida­d Externado “lo que le sucede a Juan Manuel Santos es común, la gran mayoría de presidente­s pierden gobernabil­idad en los últimos meses,

porque no tienen poder de ejecución presupuest­al. Además, el Congreso no le anda al presidente porque no tiene manera de dar dádivas”.

El presidente Santos, conciente de la polarizaci­ón que generó casi ocho años de oposición del expresiden­te Álvaro Uribe, anunció que dejando la Casa de Nariño no participar­á en política, en juego queda su apuesta por la paz

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