Control del espacio público sigue en cuatro parques del Centro
Tras las intervenciones en el Parque del Periodista, autoridades explican las razones de las medidas. Algunos ciudadanos están en parcial desacuerdo con estas. “La autoridad está en el derecho de intervenir el espacio, pero el ciudadano debe ser partícipe”. GREGORIO HENRÍQUEZ Antropólogo, experto en conflicto urbano
La cotidianidad del Centro se vio interrumpida por una intervención que, para algunos visitantes frecuentes, estuvo fuera de lo común. La calle Maracaibo entre el Palo y Girardot, fue cerrada por miembros de la Policía Metropolitana y de las secretarías de Seguridad y Movilidad, en un operativo contra la venta y distribución de estupefacientes en el parque del Periodista, realizado el pasado viernes.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad de Medellín, se incautaron 42 papeletas de bazuco, 50 cigarrillos de marihuana, así como 500 gramos de marihuana. Una persona fue capturada por tráfico de estupefacientes y seis locales fueron cerrados por motivos relacionados a salubridad, presencia de menores de edad y falta de documentos.
Según las autoridades, la intervención hace parte de la estrategia de recuperación de espacios públicos del Centro, en respuesta a las constantes quejas y denuncias de venta de drogas. Precisamente, en la zona, entre enero y el 9 de junio se ha registrado un incremento en las denuncias de hurtos (29%) y riñas en vía pública (62%) frente a las cifras de igual período de 2017.
Estos operativos también se enmarcan en la aplicación del Código Nacional de Policía de Convivencia, el cual, aunque entró en vigencia hace poco menos de un año, no había generado cambios significativos en el Centro como sí en el sur de la ciudad.
Más articulación de fuerzas
No obstante, y aunque se trata de una respuesta a la denuncia ciudadana, algunos residentes y visitantes del sector cuestionaron el proceder de las autoridades.
Para Julio Londoño, por ejemplo, el Parque del Periodista, “es una zona de distensión, pero cómo en la mayoría de calles del Centro, se presentan dinámicas relacionadas con el tráfico de sustancias. El lío ahí viene siendo la incapacidad del Estado para regular un mercado que no dejará de existir, y permitir que este sostenga economías criminales que controlan vacunas, formas de comportarse, zonas de consumo”.
El antropólogo Gregorio Henríquez opina que es necesario que se integren dependencias como la de Espacio Público con la Fuerza Pública, que permitan dar continuidad en el tiempo a las estrategias.
“La crítica de la ciudadanía es sobre cómo se desbordan los operativos que buscan tomar o retomar un espacio pequeño, frecuentado por público en general, donde no todos van a consumir o vender. Se cuestiona la ‘película’ del procedimiento, pues termina estigmatizando o satanizando una zona, incluso infundiendo miedo”, detalló Henríquez, quien además reiteró la posibilidad del diálogo en pro del cumplimiento de la norma y el goce del espacio público