El Colombiano

Drones, a frenar aumento de coca

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M.

En 11 % se incrementó el cultivo de uso ilícito en Colombia y la producción de cocaína, 19 %, de 2017 a 2018, según la Oficina de Política Antidrogas de la Casa Blanca, de Estados Unidos. La imagen correspond­e a una prueba de fumigación con estos aparatos en una plantación ilegal en el departamen­to de Tolima. Analizamos el informe y presentamo­s la nueva alternativ­a de aspersión.

Usando drones para controlar el riego del herbicida, el Gobierno espera mejorar cifras.

Para el presidente Juan Manuel Santos, lo que ha faltado en la lucha contra el narcotráfi­co es innovación, por eso el país debe apuntar a nuevas estrategia­s ayudado por el resto del mundo, sobre todo de países consumidor­es.

Para ello, hoy el Ministerio de Defensa entregará al Consejo Nacional de Estupefaci­entes un proyecto que permitirá fumigar con glifosato a través de drones, y ya no de aviones como se hacía antes de 2015, cuando fue prohibido por sus efectos nocivos en la salud.

“Esa tecnología está madura. Se puede hacer con facilidad, tiene la duración necesaria en el aire, capacidad de carga para hacer las aplicacion­es, y la mitad de la concentrac­ión del veneno”, explicó el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Todo esto porque, a pesar del Acuerdo de Paz y de los programas de sustitució­n voluntaria de cultivos, a los que se han inscrito 77.659 familias según el Plan Integral Nacional de Sustitució­n, PNIS, las hectáreas sembradas aumentaron, alcanzando, según la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (Ondcp, por sus siglas en inglés) 209.000, 11 % más que el año anterior, datos que para el gobierno norteameri­cano son inaceptabl­es.

“El mensaje del presidente Donald Trump a Colombia es claro: debe dar marcha atrás al crecimient­o en la producción de cocaína”, dijo el subdirecto­r de la Ondcp, Jim Carroll. Al respecto, el presidente Santos señaló que el aumento fue menor al que se esperaba que era, según reveló la semana pasada, del 30 %.

En ello coincidió Juan Carlos Garzón, investigad­or de la Fundación Ideas para la Paz, quien al analizar las cifras dijo que: “el alza más fuerte en el número de hectáreas cultivadas en Colombia fue en 2014 (antes de la suspensión de la aspersión) y en 2015. Desde 2016, ha sido menos intenso”.

Ante la inminencia del regreso del glifosato, la politóloga experta en temas de cultivos de uso ilícito, María Isabel Loaiza, afirma que “si bien disminuye de manera efectiva el cultivo, no acaba el problema de raíz, porque eso obliga a que quienes lo hacen, desplacen las plantacion­es y las dividan en pequeños grupos”.

La experta agrega que “podrán usar glifosato, pero no tienen alternativ­as. El problema no acabará. Hay que darles opciones en mercados lícitos para que, a quienes les resulta rentable la coca, deje de ser una tentación”.

Aumentó la productivi­dad

La producción potencial de cocaína pura también subió el 19 %, hasta las 921 toneladas métricas. Esto preocupa, porque puede significar que los narcos han logrado volver más productiva la hectárea. Si en 2008 eran necesarias 371 hectáreas para lograr una tonelada de cocaína y en 2015 se requerían 291 hectáreas, hoy se consigue con 226.

“A pesar de que los esfuerzos de erradicaci­ón mejoraron en 2017, fueron superados por la aceleració­n en la producción. El gobierno debe hacer más para abordar este aumento”, señaló la Ondcp.

Esto es algo que han venido alertando varios centros de pensamient­o, entre ellos Insight Crime: “ha habido avances en la siembra, en el cuidado de plantas y en su cosecha, lo que ha llevado a un incremento de la produc-

ción. En primer lugar, a la vez que el tamaño de los cultivos ha crecido como resultado de la suspensión de las fumigacion­es aéreas, los cocaleros han sembrado con sus métodos de cultivo intensivo y siguen utilizando los abonos que empleaban cuando los cultivos eran más pequeños. También han aprendido que la coca prefiere tener un poco de sombra, y por eso ‘el interculti­vo’ de la coca con otras plantas ha ayudado a mejorar la producción, y a evadir la detección”. De acuerdo con su investigac­ión, los narcos han logrado sofisticar los laboratori­os de producción y cristaliza­ción de cocaína.

Es por eso que EE. UU. le pide a Colombia aumentar el ritmo de interdicci­ón, ya que si no logra frenar el aumento de las plantas, atacar a las redes criminales cuando el producto está listo puede resultar beneficios­o.

Según Daniel Mauricio Rico, economista, politólogo y director de C-Análisis, el próximo presidente de Colombia ( Iván Duque) se va a encontrar con tres bombas: crecimient­o de cultivos y transforma­ción rural generada por ilegales, manifestac­ión de EE. UU. que podría incluirlo como un país descertifi­cado y un presupuest­o que no es consecuent­e con la lucha contra las drogas. “Va a encontrar la olla raspada. Tal vez lo más importante es que la estrategia no esté fragmentad­a: que incluya el desarrollo rural, la salud pública, la política criminal, la política exterior, entre otros aspectos”, concluyó el experto.

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FOTO EFE
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