JÚBILO MUNDIAL POR EL RESCATE DE LOS NIÑOS TAILANDESES
Solo bastará que pasen unos meses para que el guion y la “película” que protagonizaron 12 niños tailandeses y su entrenador, atrapados en una cueva, empiecen a rodar, porque así resultó su historia: atrapante e impredecible.
Todo comenzó el 23 de junio cuando los pequeños y su monitor, integrantes del equipo de fútbol los Jabalíes Salvajes, equivocaron su recorrido dentro de la gruta de Tham Luang, en el norte de Tailandia, y se vieron en una sinsalida que tardó más de dos semanas en resolverse felizmente, con el rescate, ayer, de los últimos cuatro chicos y su en- trenador. El domingo y lunes fueron evacuados los demás deportistas y aventureros de entre 11 y 17 años de edad.
La hazaña del rescate deja lecciones de gran unidad entre los chicos, que integraban un equipo y que recibieron gran motivación de su entrenador a pesar de enfrentar condiciones adversas de temperatura y aislamiento.
Sicólogos expertos destacan el poder de resiliencia del ser humano (de adaptación y superación), capaz de sobreponerse a un revés de tal magnitud, en el cual al final no flaqueó ninguno de los chicos ni durante su estadía obligada en la cueva, ni durante el operativo de rescate a lo largo de cuatro kilómetros de túneles estrechos y sinuosos, con un tramo de mil metros inundados.
El mundo celebra también la solidaridad masiva que despertó el hecho y se duele de la pérdida de uno de los rescatistas durante la odisea