Felipe Aljure, nuevo director del Ficci
El también cineasta habló sobre el nuevo reto en su carrera y sus principales objetivos para el festival.
En los últimos ocho años, primero Monika Wagenberg y luego Diana Bustamante, estuvieron al frente de la dirección artística del Festival. El turno ahora es para el realizador oriundo de Girardot (Cundinamarca), Felipe Aljure, de 60 años, con experiencia en el sector: fue creador de la primera ley de cine en el país y el primer Director de Cinematografía del Ministerio de Cultura.
“El Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci) va a tener un color muy fuerte en lo reflexivo. El país debe entender que el cine es una herramienta de expresión que busca cada día reconectarse con su público”. Así habla Felipe Aljure, recordado director de películas como La gente de La Universal, El Colombian Dream y Tres escapularios, que será estrenada próximamente.
¿Por qué aceptó la dirección?
“Soy más director de cine y gestor cultural que otra cosa. Me llamaron para contarme la propuesta aunque en un primer momento no estaba seguro de aceptar. En la medida en que fui hablando con la junta directiva del Ficci y entendiendo la dificultad con la que se hace ese festival, empecé a ver las posibilidades de hacer algo importante en esta coyuntura del cine colombiano. Me fui entusiasmando y las dudas se diluyeron hasta llegar aquí”.
¿Por qué hay un desencuentro entre el Ficci y el público?
“Creo que el Festival ha tenido ciclos exitosos –el de Víctor, Mónica y Diana– que han conquistado en su momento terre-
nos que eran ajenos al Festival y que ahora están ahí.
Ahora no solamente debemos juntarnos a ver una serie de películas –que se puede hacer por internet–. Se trata de verlas, comentarlas, hablarlas, reflexionarlas, de que los invitados y los autores de esas cintas tengan oportunidades de juntarse con la gente de todos los niveles: los cineastas, los cinéfilos, familias cartageneras, entre otros”.
¿Qué tiene en mente para disminuir esa brecha?
“La alfabetización audiovisual ha sido un poco intuitiva. La gente es inteligente, ahora se tiene una tablet en el bolsillo y una sala de edición en el computador que les permitiría hacer cine. El objetivo es seducirlos con lo propio, con lo del país. Hay que recordar que el cine es confuciano porque el que oye olvida, el que ve recuerda, pero el que hace aprende y las películas son escuelas que llevan al diálogo, la reflexión en espacios que deben ser
para todos”.