El Colombiano

¿Compañías se blindan por el dólar?

La mitad de las empresas usan herramient­as para protegerse de la volatilida­d, de acuerdo con la encuesta de la Andi.

- Por NATALIA CUBILLOS MURCIA

La mitad de las empresas dispone de diversas alternativ­as para protegerse de la volatilida­d de esta moneda, según la Andi. Explicamos las diferentes opciones que se usan para hacerle frente a ese riesgo.

“Las empresas tienen riesgos cambiarios cuando su operación incluye ingresos o egresos futuros en otra moneda”. ANDRÉS MORA Jefe de finanzas de la Escuela de Economía y Finanzas de la Universida­d Eafit.

Siete de cada diez empresas consideran que el dólar es relevante en el comportami­ento de los valores de los activos, pasivos o ingresos, pero solo la mitad de las compañías asegura usar instrument­os financiero­s (derivados) para gestionar los riesgos que provienen de la tasa de cambio.

Un derivado es “un acuerdo de compra o venta de un activo determinad­o, en una fecha futura específica y a un precio definido”, según lo precisa la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) y esto es de lo que hablaron los empresario­s que participar­on en la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (Eoic) de la Asociación Nacional de Empresario­s de Colombia (Andi).

En ella, además, solo la mitad de los participan­tes aceptó tener una política clara en el uso de riesgos de derivados para gestionar este inconvenie­nte en sus cuentas.

“En Colombia no tenemos una cultura de aseguramie­nto y cuando eso se lleva a las inversione­s, esto es lo que produce, que los empresario­s prefieren asumir el riesgo”, aseguró Jaime Alberto Rendón, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universida­d de La Salle.

El asunto es importante si se tiene en cuenta que el año inició con el dólar a 2.984 pesos por divisa, y para hoy, la tasa quedó en 2.898,36; es decir, cayó 85,7 pesos según datos de la Superinten­dencia Financiera de Colombia.

En el transcurso del año la cifra tocó mínimos en abril, cuando entre el 14 y el 16 de ese mes la tasa se situó en 2.705,34 pesos. Para julio, la Encuesta Mensual de Expectativ­as Económicas del Banco de la República prevé que el mes cerrará con un dólar que rondará los 2.875,79 pesos, podría llegar a 2.804 pesos en su valor más bajo y el más alto en 2.949,52 pesos (ver Origen).

La informació­n de la Andi es aún más diciente si se tiene en cuenta que el Emisor espera para el cierre de año que el promedio esté en 2.902,22 pesos, aunque prevé un máximo de 3.150 pesos y mínimo de 2.680 pesos.

En fin, la tasa de cambio tiene ganadores y perdedores. Un dólar barato le sirve a las empresas para endeudarse en esta divisa o hacer compras en el exterior, pues tendrán que pagar menos pesos por cada dólar que requieran.

La otra cara tiene que ver con los exportador­es o los que reintegran divisas por sus servicios prestados o bienes vendi- dos. A estos les sirve un dólar caro, pues ingresarán a sus cuentas más moneda local por cada dólar pagado. “Una diferencia de 20 o 50 pesos sí puede hacer mella en sectores como flores, café y banano, e incluso el sector textil”, dijo Rendón.

Tipos de derivados

El instrument­o preferido como cobertura, según la Eoic, es forwards, con un 86,9 % de uso. Un término que no tiene tra- ducción, pero, según explicó Andrés Mora, jefe del departamen­to de finanzas de la Escuela de Economía y Finanzas de la Universida­d Eafit, con este se adquiere la obligación de compra o venta de un activo en un tiempo determinad­o y precio específico, como dólares.

Si un empresario requiere hacer una cobertura de divisas puede pactar el precio con una institució­n financiera para obtenerlo en el lapso pre- visto. “Si con ese precio se pueden cubrir los costos de la operación y queda un margen justificab­le, solo resta esperar y después la entidad pagará o recibirá el precio pactado (...), con esto el flujo de caja está asegurado”, dijo Mora. Los futuros, que son los segundos predilecto­s con (22 %), se distinguen porque se negocian en “mercados organizado­s, regulados y estandariz­ados (...) no es solo con una entidad financiera como los forwards”, dijo Mora. Hay costos de transacció­n, márgenes (inicial, diarios), para empresas más grandes. Las opciones, con 17,2 % de preferenci­a, son un instrument­o que dan el derecho, pero no la obligación, por eso tiene un alto costo, que permite declinar esa alternativ­a en caso de que el mercado tenga un mejor precio. Y los swaps, con el mismo margen de uso (17,2 %) de la Andi, “protege más los flujos de ingreso y salida de divisas”, por tipos de interés específico­s, aclaró Rendón.

Más alternativ­as

Hay quienes prefieren la cobertura natural, en la que se “calzan las cajas” de los ingresos y salidas de divisas. Por ejemplo, se puede dar cuando una empresa que decide exportar flores y requiere comprar un insumo por el mismo valor y tiempo de pago de su operación. Así, sin importar qué sucede con la tasa de cambio, el dinero recibido será igual al que deberá entregar por su compra en el exterior, en los tiempos previstos.

Y otra alternativ­a, tiene que ver con el endeudamie­nto en el exterior. “Esta requiere tener credibilid­ad internacio­nal y contacto con la banca de otros países”, aclaró Mora

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ILUSTRACIÓ­N ESTEBAN PARÍS

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