El Colombiano

Juan Camilo, abanderado de una ilusión olímpica

El antioqueño llevará la bandera tricolor en los venideros Juegos de la Juventud. Va tras el oro por el que lleva trabajando desde hace 12 años.

- Por JUAN FELIPE ZULETA VALENCIA CORTESÍA SARA ZULETA

Aferrada a la bicicleta de Juan Camilo Ramírez viaja siempre una estampita del Divino Niño que guía cada uno de sus pedalazos y saltos en la pista.

Entre quienes lo conocen, la palabra “espiritual” es factor común para describir al bicicrosis­ta de 17 años, quien en cinco semanas portará la bandera de Colombia en la inauguraci­ón de los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires, Argentina.

“Uno se imagina durante años vivir un honor como este. Y cuando llega, lo único que se puede hacer es recordar todo lo que has tenido que pasar para llegar donde estas”, dice el paisa.

Y en esa secuencia de recuerdos están todas las personas que le han tendido la mano a lo largo de su vida para hacer un puente entre él y sus anhelos.

“Yo siento que el respeto que él ha tenido por cada una de las personas que han hecho parte de su proceso y, en general, la disposició­n que él tiene de cara al prójimo han sido fundamenta­les para llevarlo a ser el deportista que es actualment­e”, considera su técnico en Selección Colombia, Germán Medina.

Juan Camilo es hijo de mayordomos en una finca en El Retiro. Allí, cuando apenas tenía 6 años, los jefes de sus padres, Sergio y Adriana, empezaron a notar sus cualidades al verlo dar intrépidos y hasta peligrosos saltos sobre una modesta bicicleta.

“Cuando se recibe ayuda de personas que no llevan tu propia sangre, como mi familia y yo la recibimos, obliga a tener siempre presente la importanci­a de dar lo mejor que uno tiene a las personas que lo rodean”, pregona el joven deportista.

Luego de doce años de presencia en el bicicrós, “Goofy” como lo conocen sus amigos, ha dejado su propia huella en un entorno sumamente competitiv­o.

Gratitud, el mayor premio

En 2017 se coronó campeón mundial en modalidad cruceros, y en los últimos meses ha dejado su estela dorada para coronarse como campeón suramerica­no, latinoamer­icano y panamerica­no, además del subcampeon­ato mundial júnior en Azerbaiyán.

Precisamen­te en Bakú, Azerbaiyán, el antioqueño tuvo un gesto el cual, según Fernando Giraldo “Loquillo”, habla del compromiso por su deporte y su carácter sencillo.

“La Federación le aseguraba hospedaje, pero los otros gastos corrían por su cuenta. Camilo viajó con muy poco dinero. Y destinó gran parte para pagar los sobrecosto­s por el equipaje. Pero nadie le vio un mal gesto. Fue, se midió ante los mejores, quedó subcampeón mundial y lo disfrutó al máximo”, cuenta Giraldo, trabajador incansable por el BMX antioqueño y quien conoce a Camilo desde niño.

Hace poco recibió el compromiso, por parte de la Alcaldía de Envigado, para tener su propia casa el próximo año.

“En la vida, más que un profesiona­l muy talentoso o exito- so, uno debe ser buena persona y ser agradecido. Eso me lo han recalcado mis papás hasta el cansancio; por eso, ni las medallas ni los lugares que he tenido la oportunida­d de conocer me han hecho olvidar de dónde vengo. Yo me levanto, llego a entrenar y compito siempre con los pies en la tierra”, recalca.

Un lugar donde caben todos

Para asistir a Juegos Olímpicos de la Juventud, “Goofy” tuvo que disputar con 30 corredores más la posibilida­d de viajar al Mundial.

Luego, disputó con seis pilotos nacionales el único cupo masculino disponible para Colombia en las justas olímpicas,

el cual ganó por ser el de mejor desempeño en Bakú.

De todos modos, sabe que en la pista de Buenos Aires no solo corre por él sino por mantener la posición y bagaje del bicicrós colombiano en el exterior.

“Todos los que hacemos parte de esto tenemos nuestra misión y vamos sumando esfuerzos dentro de un gran ciclo en el que cabemos varias generacion­es. El compromiso de cada uno es aportar a esa evolución”, ilustra el piloto.

Y para lograr esa evolución del bicicrós criollo sería fundamenta­l lograr una medalla olímpica en Buenos Aires, algo que Juan Camilo cree posible.

“Las cosas en la élite no se dan de un día para otro. Cada año en la preparació­n para los mundiales en que he competido, he ido acumulando trabajo para pensar en algo más grande como una medalla olímpica. Esperemos ratificarl­o el día de la competenci­a. Es una oportunida­d única”, resalta.

En el certamen estarán los mejores juveniles del planeta, salvo el campeón mundial, el francés, Leo Garoyan, pues Francia no llevará delegación de BMX.

Esto, sin dudas, amplía las posibilida­des de ganar la primera medalla en esta disciplina en dos participac­iones en Olímpicos de la Juventud, certamen en el cual el país suma tres oros, tres platas y tres bronces.

Lo primero que promete llevar consigo a Buenos Aires es su fiel estampita, la que les lleva cierta tranquilid­ad a sus papás, Alfredo y Gloria, de que su muchacho va a salir bien librado cada vez que sube al partidor.

La bandera y la protección divina serán escudos para buscar algo inédito para el país

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FOTO Juan Camilo Ramírez buscará en octubre la primera medalla colombiana en BMX olímpico juvenil. Junto a Gabriela Bole son los representa­ntes del país en este deporte.

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