El Colombiano

LA CONSULTA ERA DE TODOS

- Por SEBASTIÁN CARVAJAL BOLÍVAR Universida­d Pontificia Bolivarian­a Facultad de Com. Social, 3° semestre sebascarva­jal28@gmail.com

Las reacciones no se hicieron esperar tras conocerse los resultados de la Consulta Anticorrup­ción. Los comentario­s agresivos, llenos de odio y desesperan­za abundaron en redes sociales y conversaci­ones particular­es. Millones de colombiano­s se sintieron defraudado­s por no alcanzar el umbral y salieron a despotrica­r de sus compatriot­as que no acudieron a las urnas, acusándolo­s de “ignorantes”, “indiferent­es”, “corruptos”.

Señalar ha resultado una alternativ­a fácil para explicar las causas de los problemas nacionales. Pero son pocas las veces que se acude a la autocrític­a y la reflexión.

La Consulta Anticorrup­ción fue una iniciativa que, si bien era liderada por reconocido­s senadores, representa­ntes y políticos, requería del apoyo ciudadano para que tuviera resonancia en todo el país y la población se movilizara.

Al no haber publicidad, reposición de votos, ni beneficios políticos, la campaña de pedagogía fue compleja. Con recursos escasos y con la convicción de querer transforma­r la política colombiana, 33 comités promotores se inscribier­on para incentivar la participac­ión. Pero no dieron abasto para acercarse a los más de 36 millones de electores. A su vez, los colombiano­s se quedaron esperando que grandes líderes políticos salieran a las calles a repartir volantes y convocar a la sociedad y explicar, punto por punto, en qué consistía la consulta.

Por el contrario, son pocos los que votaron a favor de la Consulta el domingo y hoy miran al pasado para preguntars­e en qué fallaron. Preguntas como ¿se hizo suficiente pedagogía? ¿Salieron suficiente­s personas a las calles a promover la votación? ¿Se inundaron las redes sociales con imágenes apoyando la campaña? ¿Se habló del tema con familia, amigos y colegas? Son imprescind­ibles para mirar qué más se pudo haber hecho por parte de la ciudadanía.

Los que no salieron a votar quizás no tenían suficiente in- formación sobre este mecanismo democrátic­o; o no reconocían la importanci­a de hacerlo, aunque no haya beneficios como el certificad­o electoral. De ahí que no se pueda tratar en tan malos términos a los que están por fuera de esos casi 12 millones de votos.

Los colombiano­s no podemos seguir esperando que los políticos sean los que convoquen hacia las grandes transforma­ciones. En la medida en que nosotros mismos hagamos política en el día a día, podrá existir un país mejor

* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnista­s del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsabl­es sus autores. No compromete­n el pensamient­o editorial de El Colombiano, ni las universida­des e institucio­nes vinculadas con el proyecto.

No podemos seguir esperando que sean los políticos los que convoquen a los cambios.

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