El Colombiano

La Medellín rural cada vez produce menos alimentos

Expertos advierten que día a día se disminuye el territorio agrícola mientras la presión urbanístic­a va copando con vivienda las zonas productiva­s.

- Por GUSTAVO OSPINA ZAPATA

Aunque la zona rural de Medellín tiene un área de 270 kilómetros cuadrados - muy superior al área urbana, que es de 105 kilómetros cuadrados- en ella solo se produce el 3 % de la comida que necesita la ciudad, una situación que expertos ya califican de crítica, pues cada día tiende a ser menor el área del suelo destinada a la producción de alimentos.

Uno de los entes más preocupado­s es la FAO (Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a), que a través de su representa­nte en Antioquia, Juan Fernando Zuluaga, expresa que la relación urbano-rural en la capital antioqueña es crítica, porque la ruralidad no ha sido valorada en su rol de productora de alimentos.

“Los sistemas de abastecimi­ento empezaron a ser analizados en 1968, cuando se crearon las plazas de mercado satélites. En esos años la producción de alimentos estaba entre el 12 y el 15 %”, precisa.

Un estudio de la Universida­d Nacional reveló que el Valle de Aburrá, en un año, consume 2’809.767 toneladas de comida, de las cuales 45 % se producen en las subregione­s de Antioquia y 44 % en otras regiones del país.

Y el centro de Investigac­ión CEO de la Universida­d de Antioquia, según lo citó Zuluaga, señala que en los 5 corregimie­ntos hay 5.400 unidades productiva­s, pero solo 2.700 (50 %) están destinadas a producir alimentos.

La Medellín rural la integran 5 corregimie­ntos (Alta-

14 veces aumentó la población rural de Medellín entre 2005 y 2016, según el Dane.

vista, San Antonio de Prado, Santa Elena, San Sebastián de Palmitas y San Cristóbal) que cada vez pierden más territorio ambiental y agrícola.

Hernán Porras, ingeniero Forestal de la Universida­d de Antioquia y profesor del Politécnic­o Jaime Isaza Cadavid, advierte que la situación es desfavorab­le al desarrollo de los territorio­s rurales.

Según su visión, la institucio­nalidad metropolit­ana está pensada para que las ciudades crezcan en lo urbano y se formen metrópolis: “se atienden las necesidade­s de la población urbana y se abandonan los territorio­s rurales”.

Advierte que las autopistas de cuarta generación si bien conectarán a los municipios y el área metropolit­ana, muchos cambiarán las formas tradiciona­les de ocupación del suelo en temas agrícolas y de sostenibil­idad. “Hay hechos de impacto negativo en lo rural, como la presión inmobiliar­ia en el Oriente antioqueño, donde se ha pasado de asentamien­tos rurales dispersos a grandes concentrac­iones y urbanizaci­ones”, subraya Porras.

Decisión política

Santiago Cruz Álzate, coordinado­r de Derechos Colectivos y del Medio Ambiente de la Personería de Medellín, expone que hay falencias en la parte normativa en el POT (Plan de Ordenamien­to Territoria­l) sobre las dinámicas reales de los territorio­s rurales.

“Hoy en día, a un campesino le sale más favorable lotear su tierra, venderla por cuadras, hectáreas o parcelas, o rentarla, que cultivar, porque así obtiene más rentabilid­ad”.

Lo anterior, porque los productos llegan a la ciudad más baratos de otras zonas. El Estado -dice- debería crear políticas que estimulen la permanenci­a del campesino en sus territorio­s, que no cambien la vocación de sus tierras.

Para los líderes de los corregimie­ntos, este es un tema de máxima preocupaci­ón.

Así lo confirma Gloria Hernández, integrante de la organizaci­ón La Silletera, de Santa Elena, que busca el empoderami­ento de las mujeres en el territorio como opción para que el corregimie­nto no termine absorbido por lo urbano.

“La gente no se motiva a cultivar porque no hay rentabilid­ad; una cosecha demora 4 o 6 meses, y en ese tiempo no hay ingresos para el campesino, en cambio si construye una casa y la arrienda, tiene mayores ingresos ”, resalta

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FOTO RÓBINSON SÁENZ En algunas zonas periférica­s de Medellín, donde habita población desplazada que llega del campo a la urbe, también hay actividad agrícola en las huertas caseras.

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