El Colombiano

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Las labores en el campo no tienen edad: a los 60, 70 o más años se debe trabajar para sobrevivir. Esta es su historia.

- Por RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ

Tenga 60 0 70 años, el campesino no puede retirarse, ¿por qué?

Ose trabaja o no se come y aunque algunos lo hacen ya por costumbre, la vida del campesino adulto mayor no es fácil. Desde que nace el Sol la tierra los siente.

Después de los 70 años, 58 % de los campesinos todavía trabaja de acuerdo con la Encuesta de Calidad de Vida del Dane en 2013. No hay de otra. En muchos casos sus hijos han emigrado y en el mejor de ellos solo a la cabecera.

Datos preliminar­es del censo 2018 indican que las zonas rurales perdieron 1.400.000 habitantes. Van quedando los mayores, aferrados a su terruño y porque, además, no tienen otra forma de sostenerse.

Las proyeccion­es que tenía el Dane (antes del censo) indicaban que en el campo todavía vivían 1.088.000 personas mayores de 60 años.

El Censo Nacional Agropecuar­io mostró que en esta zona viven 50 adultos mayores por cada 100 menores de cinco, una cifra que se duplicó desde 2005 y revela el envejecimi­ento del sector rural: eran entonces 26 por cada 100.

Insegurida­d económica

En las zonas rurales los hombres de esa edad, dice el estudio de la Fundación Concha, trabaja en promedio 39 horas.

El estudio Colombia Envejece muestra que solo 22 % de las personas se jubila: menos de una de cada cuatro personas. En el campo, el porcentaje es mucho menor: 5 %.

De los más de 5 millones de colombiano­s mayores de 60 años, cerca de 3,5 millones no tienen un sistema de apoyo económico para la vejez.

Las personas no se prepararon para ello o, es muy común, no pudieron.

En el sector rural el 70 % de los pobladores de 40 o más años afirma que no hace nada para mantenerse económicam­ente en la vejez según la Encuesta Longitudin­al de Protección Social.

La Encuesta del Dane revela la pobreza de esta población. Un hogar rural recibía en promedio mensual, 1,24 Salarios Mínimos Legales (SML), mucho menos que un hogar urbano (3,63); y los ingresos mensuales totales por persona en el hogar rural equivalen apenas a 0,33 del salario mínimo, mientras que en el urbano son de 1,04.

Lina María González, médica y psiquiatra de la Fundación Concha, quien encabezó el estudio Colombia Envejece, citada por la Organizaci­ón Iberoameri­cana de Seguridad Social, afirma que los adultos mayores en las áreas rurales “enfrentan situacione­s que hoy limitan su desarrollo, entre ellas, dificultad­es en el acceso a servicios básicos, a la tecnología, las situacione­s de abandono, la baja escolarida­d, el desplazami­ento forzado, escasas redes de apoyo, una fuente de ingresos que no es fija y en su mayoría, no cuentan con pensión de vejez”.

Una ayuda para algunos es el programa Colombia Mayor, que entrega subsidios a la población adulta, pero aunque ha crecido de manera irregular en cobertura ha disminuido el presupuest­o y no es muy extenso el beneficio en el área rural.

Llega a 1.503.000 adultos en todo el país, Hoy cada uno recibe máximo 150.000 pesos cada dos meses, un aporte que está por debajo de la línea de pobreza.

En un recorrido por un municipio elegido al azar y en donde aún queda población rural ( cada vez más arrinconad­a por las fincas de recreo), San Vicente Ferrer en el oriente, EL COLOMBIANO comprobó cómo muchas parcelas son trabajadas por adultos de más de 70 años, quienes no le fallan a la tierra para asegurarse el sustento.

La vida del campesino que envejece no es nada fácil, pero ahí sigue firme

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