El Colombiano

Emprender para tener otro futuro

Antes del 14 de octubre de este año estarán funcionand­o las ideas de negocio de 30 personas afectadas por el conflicto armado en Antioquia.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M. CORTESÍA EXPANSIÓN EMPRESARIA­L

El cierre de la violencia se da con oportunida­des. En Medellín, víctimas del conflicto crearon franquicia­s exitosas que favorecen a desmoviliz­ados. Así es la reintegrac­ión.

Después de mucho rodar, Estefanía Pérez Arbeláez espera que la tienda de café que inauguró la semana pasada en el barrio Belén Rosales, de Medellín, sea el sustento para su familia y, más adelante, un negocio exitoso con el que pueda ayudar a otras personas. Una cruda historia con final feliz.

Con solo 4 años de edad, Estefanía abandonó la tierra que la vio nacer en El Salvador (Apartadó, Antioquia), porque un grupo armado ilegal consideró, de buenas a primeras, que su familia no podía habitar más allí. Corría la década de los 90 cuando las grandes ciudades del país se vieron llenas de “desplazado­s”, centenares que llegaban sin nada a buscar refugio en tierra ajena. La de Estefanía era una más.

Sin embargo, la historia que cuenta no es de dolor ni de rabia, como se podría pensar, sino de superación. Ella es hoy la primera franquicia­da de Catando Café, un modelo de negocio de la empresa Cafetos El Cedral, cuya propietari­a también es una víctima.

“Hemos vivido la violencia, pero queremos convertir las dificultad­es en oportunida­des, generando empleo para familias víctimas”, dice Piedad Cárdenas, la gerente de esta empresa, fundada en 2004, por una familia desplazada.

Pérez no tuvo miedo a innovar. Vio una publicació­n en redes sociales en la que se convocaba a víctimas del conflicto para ser emprendedo­ras, y ella, como estudiante de Administra­ción de Empresas, vio una oportunida­d.

“Me comuniqué al número que decía en Facebook, pregunté por el sistema, me pidieron el registro de la Unidad de Víctimas y en un mes me llamaron para el proceso de selección”, narra la mujer.

Las microfranq­uicias

A la convocator­ia se presentaro­n 150 afectados por la violencia para competir por acceder a la franquicia de uno de los tres negocios exitosos selecciona­dos por el Ministerio de Comercio y la Unidad para las Víctimas.

Se trata del Café Arangos, con Benedetto, tiendas móviles de café; Cafetos El Cedral, con las tiendas Catando Café, y la Casa del Didáctico y la Tecnología con sus locales.

“Teníamos los perfiles que buscábamos, creados con el franquicia­nte. Realizamos dos pruebas de emprendimi­ento, una psicotécni­ca, una entrevista y una visita domiciliar­ia, de ahí salieron los 30 micro- franquicia­dos”, explica Mónica Matta, gerente de Expansión y Gestión Empresaria­l, encargada de hacer que las microfranq­uicias también sean exitosas.

Y es que, “como nuevos emprendedo­res tienen la ventaja de iniciar una unidad de negocio con el respaldo de una empresa ya comprobada en el mercado, con curva de aprendizaj­e y a menor costo”, enfatiza Matta.

La inversión fue de 653 millones de pesos, con las que se harán realidad 15 unidades productiva­s en Antioquia, cada una dirigida por dos beneficiad­os. “Son víctimas reparando víctimas”, señala Wilson Córdoba, el nuevo director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia. Ese, de acuerdo con Córdoba, es el camino que debe tomar el proceso de re-

paración integral: “que entren a la ruta de atención, reciban lo que necesitan y salgan con las capacidade­s para seguir sin asistencia­lismo del Estado”.

Por eso, con este programa, se espera, como dice Matta, que los franquicia­dos puedan cubrir sus costos fijos y garantizar para ambos beneficiad­os al menos un salario mínimo mensual y la afiliación al sistema de seguridad social.

Juan Arango, propietari­o de la franquicia Benedetto, cuenta: “Por el conflicto nos desplazamo­s y luego de años superándon­os y creando empresa, tenemos la oportunida­d de expandir nuestra marca y transferir conocimien­to a otras personas que sufrieron la violencia, para que puedan tener su emprendimi­ento e independen­cia económica”.

Hoy Estefanía Pérez recoge los frutos de lo que sembraron otras víctimas y está segura que en el futuro podrá ayudar a otras a superarse, tendiendo la mano que una vez que le tendieron a ella

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FOTO Estefanía Pérez abrió la semana pasada su tienda de café, una franquicia de Cafetos El Cedral, constituid­a desde hace 14 años por víctimas del conflicto.

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