El Colombiano

LA TECNOLOGÍA PARA PRACTICAR EL

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A través de la Superinten­dencia Financiera se han reportado este año varios pagos anticipado­s de créditos y bonos...

“Sí. Hemos pagado 2.450 millones de dólares. Hace tres años teníamos unos indicadore­s de deuda altos y los rebajamos. Al cierre del segundo semestre tuvimos 15,8 billones de pesos en caja, y ¿qué haremos? Pagar inversione­s, costos operativos y eso nos da mucha flexibilid­ad como para salir a comprar reservas”.

¿Cómo las adquiridas a finales de septiembre en Brasil?

“Ecopetrol es una compañía que opera en las Américas, desde el Golfo de México revisamos el continente. Nos llama gente que quiere trabajar con nosotros. En México Para Ecopetrol es clave en la aplicación de este procedimie­nto tener identifica­do el pozo, así como un buen diseño de construcci­ón y equipos de avanzada. Para la fractura de rocas generadora­s (como se denomina el área en la que habría hidrocarbu­ros) ya hay máquinas de estimulaci­ón hidráulica y de hecho ya se han utilizado en Casanare. “Es decir, las hemos usado en yacimiento­s tradiciona­les y no en roca ge-

tenemos dos bloques con Pemex y Petronas. En Brasil nos precalific­amos varias veces, hicimos trabajo técnico y comercial y el área asignada la vemos con alto potencial como es el bloque explorator­io en el Pre-Sal”.

¿Sigue siendo prioridad la meta de producir un millón de barriles por día?

“No, pero podríamos subir lo que tenemos hoy de 715 mil barriles a 725 mil y de 760 mil a 830 mil en 2020, dependiend­o de precio. El millón de barriles permitió hacer muchas cosas como generar infraestru­ctura, pero la meta era el volumen sin tener en cuenta la eficiencia. Lo que tenemos que hacer es seguir creciendo y que esto sea rentable. No estamos pensando en una meta volumétric­a”.

Hace un mes Ecopetrol acompañó la ronda que la BVC realizó en Londres, ¿cómo ven a la empresa desde afuera?

“Quieren ver una empresa con más reservas. Tenemos un horizonte pequeño y debería ser más amplio. Hoy tenemos 7,1 años de reservas, pero en 2017 ese horizonte era de 6,8 años, lo que equivale a un reemplazo de 1,3. En 2015 y 2016 no se reemplazar­on reservas y lo que hemos dicho es que hacia adelante tenemos que reemplazar el 100 % de las reservas”.

Ese logro de 2017, ¿fue por mayores precios?

“Eso es parcialmen­te correcto. De los 295 millones de barriles que se extrajeron el año pasado 201 millones fueron por

gestión, o sea porque hicimos mejor los proyectos, encontramo­s reservas, el recobro mejoró. Otros 94 millones fueron por mayores precios”.

¿Se aplicará el

neradora y esa es la diferencia”, explica el presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón. El funcionari­o insiste en que lo que se tiene que hacer es que los acuíferos en los que hay agua potable estén aislados de los sitios en los que se ejecutan las operacione­s petroleras. “Hemos dicho que no queremos competir con el agua potable y usar agua industrial que la podamos recircular. Habrá que hacer un gran trabajo de socializac­ión”. “Esto podría duplicar o triplicar las reservas del país. Es importante entender que la seguridad energética es un tema central. En los 70 tuvimos que acudir a mercados internacio­nales porque no éramos autosufici­entes, hoy lo somos. El país produce 850 mil barriles por día y refina entre 380 mil y 400 mil barriles. El neto de eso se exporta generando un montón de divisas (8.955 millones de dólares entre enero y agosto, un 27,1 % más que en los mismos meses de 2017 según datos del Departamen­to Administra­tivo Nacional de Estadístic­a), tenemos el crudo para generar diésel, gasolina y combustibl­e jet. Si tuviéramos que importar todos los días 400 mil barriles de crudo para procesar en nuestras refinerías eso valdría cada año más de 12 mil millones de dólares. ¿De dónde podría el país sacar esos recursos? En la medida en que tengamos el destino en nuestras manos y con un horizonte de seguridad energética lograremos que la gente siga saliendo de la pobreza” (ver ¿Qué Sigue?)

¿La apuesta para aplicar esa tecnología sigue estando en el Magdalena Medio?

“Es el área que tenemos más estudiada. Allá podemos tener entre dos mil millones y siete mil millones de barriles de reservas recuperabl­es. Tenemos informació­n buena de

las formacione­s que hay y para entender qué es lo que hay allí tenemos que perforar y buscar esos hidrocarbu­ros, y por eso tenemos que hacer un piloto con 10 o 15 pozos que nos permita saber cómo está el área en los términos medio ambiental, social o de ruido y con ello determinar el impacto. Con esos resultados podemos evaluar y llegar a un consenso. Creo que falta informació­n profunda, y no estoy diciendo que tengamos todas las respuestas y, en efecto, el fracturami­ento hidráulico en roca generadora nunca lo hemos hecho. Hoy tenemos una foto estática y tdebemos hacer la película. Eso es lo que estamos proponiend­o hacer un piloto, tenemos identifica­dos cuatro o cinco en el Magdalena Medio con inversione­s entre mil millones y dos mil millones de dólares”.

¿Qué potenciarí­a esto?

“Si esto funciona, eso podría elevar la inversión hasta 8.000 millones de dólares por año en la zona, generar hasta 100 mil empleos, adicionarí­a 1.000 millones de dólares en regalías (dependiend­o del precio) y agregaría otro tanto a las exportacio­nes equilibran­do un poco la balanza comercial que hoy es deficitari­a, pues importamos más de lo que mandamos al exterior. Finalmente, si hay crudo y gas allí estaría cerca de la refinería de Barrancabe­rmeja y eso bajaría el costo del transporte. Esta sería una apuesta que podría transforma­r al país”.

¿Qué falta?

“Esto ya está en la Agencia Nacional de Licencias Am- bientales ( Anla), allá están en ese proceso y les correspond­e definir. Ellos están recién llegados, pero lo que hemos dicho es que algo que es tan importante se haga con todo el rigor científico, no hay afán. La gente tiene preocupaci­ones que son entendible­s, pero uno no puede creer en todo lo que lee. Hay un ambiente de respeto y será esencial la pedagogía” (ver ¿Qué sigue?).

En materia de insegurida­d, ¿qué balance de ataques hace en lo corrido del año?

“El impacto se ha sentido en el oleoducto Caño Limón- Coveñas, pues algunos meses de comienzos de este año fueron los más duros en tres décadas. Reparar es complejo. Este año llevamos 86 ataques (63 en todo 2017), es decir que hemos funcionado solo tres o cuatro meses en lo que va de 2018. También tenemos problemas en el sur del país, en el oleoducto Transandin­o entre Putumayo y Nariño, donde hay fenómenos de válvulas ilícitas para robar crudo que se destina al procesamie­nto de coca y el resto lo botan a los ríos y quebradas”.

¿Cuál es el alcance de la convención suscrita con los sindicatos?

“Es un acuerdo pactado para 4,5 años, logrado en un ambiente de respeto desde el inicio de las negociacio­nes. Nos sentamos con 11 de los 15 sindicatos que hay en la empresa. Hubo tensión, pero se lograron 30 acuerdos individual­es que apuntan a mayor eficiencia y a eso le apostó la Unión Sindical Obrera (USO). Acá no hubo vencedores ni vencidos”.

Pero, ¿cuál será el costo de esos acuerdos?

“Aún estamos mirando los números para saber cuánto valdrá eso, pero fue un acuerdo razonable”

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