FÚTBOL “Para subir de nivel hay que hacer sacrificios”
El exverdolaga Jaime Pabón vuelve al club para darles un toque de calidad a los delanteros verdes como lo hizo con Mohamed Salah y Rafael Borré.
La llegada de Jaime Pabón a Nacional es uno de esos gestos silenciosos que quizás no trascienden tanto, pero que a la larga terminan demostrando su valor cuando los aciertos comienzan a llegar paulatinamente.
El antioqueño de 51 años, jugador verdolaga en la década del 90, será el encargado en adelante de trabajar con los atacantes del equipo profesional así como con los principales prospectos de las divisiones inferiores, complementando de una forma más detallada y personalizada la labor del cuerpo técnico.
En su hoja de vida hay un par de antecedentes puntuales que avalan su labor con sobrados méritos: haber entrenado a Mohamed Salah y Rafael Santos Borré.
Está feliz de llegar a Nacional, la que considera su casa. Sabe que por delante tiene una ardua labor y que actualmente el club atraviesa por un serio problema en su parte ofensiva. Pero está convencido de que llega a un grupo con potencial y que puede ayudar a devolverle el poderío al elenco verdolaga.
¿Cómo se dio la llegada a Atlético Nacional?
“Hace como dos semanas me contactó el señor Esteban Escobar ( gerente de relaciones deportivas). Nos tomamos un café junto al presidente Juan David Pérez, y ellos expusieron su deseo de tener una persona que ayudara a potenciar jugadores. Les gustó mi metodología y así llegué a un cargo institucional, es decir, dependo directamente del club y no del cuerpo técnico”.
El club lo anunció como formador, ¿pero cuál va a ser su labor específica?
“Voy a estar con el elenco profesional y también enfocaré mi trabajo hacia los juveniles que ya tengan perfil para el primer equipo. Luego de hacer un diagnóstico preciso el proyecto es trabajar a potenciar las habilidades de cada atacante: técnica, definición, postura, lectura de jugadas, hay muchos aspectos”.
¿En ese orden de ideas, cómo acercársele a un jugador de tanto recorrido como
y mostrarle que hay cosas por corregir?
“Es una labor de confianza. Ya tuve la oportunidad de hablar un poco con él y le manifesté lo que siempre he pregonado: que son ellos quienes marcan la pauta de mi trabajo con sus condiciones y actitud. La clave es saberle llegar con las palabras adecuadas para que él entienda que aún tiene edad para aprender nuevas cosas”.
De ese diagnóstico previo, ¿qué otro análisis detalla de los demás atacantes?
“Ómar Duarte era un jugador muy efectivo en Huila y acá no. Hay de por medio un período de adaptación y un fortalecimiento mental y conceptos precisos en el posicionamiento en el área. Jeison Lucumí es un jugador habilidoso pero que tiene problemas en la toma de decisiones. Ahí hay un trabajo puntual que realizar con él y vamos de la mano con la estrategia del cuerpo técnico. Es decir, trabajan conmigo individualmente de acuerdo a sus condiciones y falencias, pero la idea es que el entrenador retroalimente y, por ejemplo, descubra qué funciones o qué posición le sienta mejor”.
¿En qué radicó el cambio del antes de entrenar con usted y el que vemos ahora?
“Mejoró en saber correr, en saber hacer desgastes. Tenía un recorrido demasiado largo con el balón en los pies y generalmente estos jugadores llegan al arco contrario con una carencia de oxígeno y no tiene capacidad resolutiva. Si corres mejor tienes más aire para pensar. También mejoró en su disparo, que fuera más certero sin necesidad de acercarse tanto al arco rival. Mejoró aspectos como el pie de
apoyo, entrar al área y marcar diagonales. Pero como digo, no hay un patrón específico, el trabajo lo marcan ellos”.
Lo de los recorridos largos y la dificultad resolutiva es un problema que tienen atacantes como Reinaldo Le
nis, por citar un nombre...
“Sí, es cierto. Reinaldo es un jugador hábil y veloz, pero falla en la última toma de decisión. Ahí en el área no es asertivo. A lo mejor acercándolo allí tenga la influencia que necesita. Reitero, hay que trabajar mancomunadamente con el técnico y así como ellos van mejorando individualmente propiciarles el entorno colectivo adecuado para que rindan al máximo de su potencial”.
Nacional tiene el peor promedio de gol de los últimos cinco años. ¿Realmente sí hay material para trabajar en este momento?
“Claro que sí. Pero para subir de nivel hay que hacer sacrificios. Hablando de Salah, yo aprendí mucho de él y de su humildad. Del gran ser humano y su disposición para mejorar. Él sabía que tenía varios puntos débiles y para poder ser el jugador que quería ser y ofrecerle a su equipo lo que él soñaba debía sacrificar tiempo de descanso, con la familia, tiempo de vacaciones. Es una enseñanza de nobleza y amor por la profesión valiosas. Yo sé que los jugadores de Nacional tendrán disposición para buscar ser mejores”.
Profesionalmente Nacional es una oportunidad dorada, pero usted llega en un momento complejo...
“Sí, pero yo veo expectativa en todos los trabajadores del club por ver cómo regresar a los mejores momentos. Este es el club más grande del país. También hay momentos en los que hay que replantear. Ahora la directiva está en un proceso de reingeniería. Yo creo que en todos los estamentos hay recurso humano y material para hacer grandes cosas. Con tiempo y compromiso volverán los goles, los triunfos y los buenos momentos del equipo”