El Colombiano

LA DEMOLICIÓN DE LAS VIRTUDES

- Por ARTURO GUERRERO arturoguer­reror@gmail.com

El proyecto gubernamen­tal de nuevos impuestos sacudió los manteles de plástico del ochenta por ciento de los colombiano­s. Cruzó por las mentes la perspectiv­a de que en las mesas no habría en adelante el inmortal plato de arroz con huevo frito encima. La aguapanela emergió como única salvación para los huesos.

El pueblo y la clase media se convertirí­an en una misma cosa. Los diez mil pesos del mercado semanal igualarían a los barrios de barro y a los de conjuntos con colmenas para cinco personas. Todos aceleraría­n su descenso hacia las hambrunas del cinturón. Todos serían niños de la Guajira, entre el mar, el desierto y las montañas más bellas de la Tierra.

Desde los diversos colores políticos se hicieron aguacero las protestas. Los líderes fueron desnudados en la miseria de sus mentiras consuetudi­narias. Un presidente se apartaba del concepto del otro presidente y nadie sabía que concluiría el otro presidente, que viene siendo el mismo presidente.

Hubo que retroceder más de doscientos años para encontrar a alguien que comprendie­ra la trasescena de esta tragedia. El inglés William Blake, poeta y pintor romántico, enorme figura entre las grandes figuras, escribió a finales del XVIII el poema “Resumen de lo humano” cuyo comienzo es este:

La piedad no existiría Si no hiciéramos a alguien pobre;

Y la Misericord­ia no tendría lugar

Si todos fuesen tan felices como nosotros.

Cuatro versos bastaron para provocar la demolición de dos virtudes sobre las que se levanta la hipocresía universal. En efecto, devolver a los menesteros­os el impuesto general, en cuotas mensuales rigurosame­nte controlada­s por los bancos ávidos de ampliar su clientela, es piedad y misericord­ia falsificad­as.

Alguien hace a alguien pobre. Alguien impide la felicidad de todos. Si ese alguien, además, consuela a los pobres e infelices con migajas de piedad y de misericord­ia, el círculo vicioso está cerrado. Lo que te quito en la raíz, te lo devuelvo en las ramas, para que quedes muy agradecido. ¿Después de leer a Blake, habrá aún que explicar con plastilina en qué consisten los cimientos de la historia universal de la infamia? Ya Borges los plasmó al exponer sobre los esclavos negros de las plantacion­es de algodón en el Mississipp­i, algunos de los cuales cometían con sus amos “la ingratitud de enfermarse y morir”

Alguien hace a alguien pobre. Lo que te quito en la raíz, te lo devuelvo en las ramas, para que quedes muy agradecido.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia