LAS ORILLAS DEL RÍO
Cuando el Gobierno no se manifiesta por medio de puentes, escuelas... es cuando los grupos armados deciden imponer su ley.
Colombia es un país centralizado, pues durante mucho tiempo no ha tenido la capacidad de llegar a los lugares más recónditos del territorio nacional. Un claro ejemplo es el que últimamente ha llenado las páginas de los periódicos. Me refiero a los enfrentamientos por el territorio que se están llevando a cabo en el Catatumbo por parte de las guerrillas Eln, Epl y las disidencias de las Farc. Pero, detrás de estos enfrentamientos, se observa que las personas claman por más inversión social para su región, puesto que el Gobierno los tiene olvidados.
La inoperancia del Estado es la gestadora del conflicto. Solo basta leer la historia de la creación de los grupos armados ilegales de nuestro país para darse cuenta. En efecto, cuando el Go- bierno no se manifiesta, por medio de puentes, escuelas y carreteras, es cuando los grupos armados deciden imponer su ley. Es por esto que María Teresa
Ronderos, periodista escritora del libro sobre la creación de los grupos paramilitares, argumenta en Guerras Recicladas que: “También difundían un manual de comportamiento que le decía a la gente qué podían y qué no podían hacer. Regulaban así que las borracheras no acabaran en desorden, que los maridos no les pegaran a sus mujeres, que los jóvenes no consumieran droga y, por supuesto, que todo se lo informaran a las Autodefensas”. Aunque Ronderos en este apartado habla sobre las AUC, esta dinámica de control también se observa en las guerrillas.
Seguidamente, al imponerse el mandato de agentes no estatales se crea una nueva ideología social, así lo dice Ga
briel García Márquez en Noticia de un secuestro: “Una droga más dañina que las mal llamadas heroicas se introdujo en la cultura nacional: El dinero fácil. Prosperó la idea de que la ley es el mayor obstáculo para la felicidad, que de nada sirve aprender a leer y a escribir, que se vive mejor y más seguro como delincuente que como gente de bien”.
En conclusión, mientras los colombianos capitalinos se dirigen a trabajar en sus respectivas empresas, los niños de regiones como el Catatumbo, Urabá, Chocó y Córdoba están en medio de las balas, bregando que su futuro no se resuma en un fusil y en unas botas pantaneras
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.