A las potencias aún las seduce la idea de habitar la Luna.
No uno, varios países trabajan para hacerlo posible. Así se está diseñando el ambicioso proyecto.
Ala Luna. Es la consigna y el objetivo de las agencias espaciales de países occidentales y de oriente.
A la Luna no para ir, dar vuelta, recoger rocas u otros minerales y retornar a la Tierra, sino para orbitarla con una plataforma permanente y, luego, habitarla.
Sí. Se habla de una base lunar no solo como ensayo de vida en otro mundo, sino como avanzada para la exploración del espacio abierto y de Marte como segundo paso.
Podrían ser incluso dos bases, una de ellas china.
¿Cuándo? No hay fechas, pero no sería antes de la primera mitad de los años 30.
Ese ambiente lunar se ha sentido por estos días en la Tierra: en Alemania, Estados Unidos y China.
Al Centro Espacial Kennedy de la Nasa llegó esta semana el Módulo de Servicio Europeo, componente que llevará a Orión alrededor de la Luna durante la Misión de Exploración 1. Efectuará los encendidos necesarios para entrar y salir de órbita lunar, así como otros para facilitar las maniobras y la corrección de trayectorias, dijo la Agencia Espacial Europea (ESA).
Orión es la nave que construye la Nasa para transportar de nuevo astronautas. Esa misión no tripulada está prevista para 2020. La seguiría, uno o dos años después, otra con tripulantes a bordo y dentro de otra cápsula que hoy desarrolla la ESA.
Son las semillas de la Puerta del Espacio Profundo (Deep Space Gateway), estación espacial en órbita lunar, que usarán quienes vayan a este satélite terrestre o desde él la empleen para viajes más largos.
Su ensamblaje podría comenzar después de mediados de la próxima década, respaldada por la Nasa, ESA, Roscosmos (rusa), Jaxa (japonesa) y CSA (canadiense).
La Nasa dispondrá en un principio de 2.700 millones de dólares en 2019 para gastar en el proyecto en cinco años.
Pero la Luna recibirá visitas antes. Serán robots. China e India enviarán naves antes de finalizar este año.
Chang’e 4 instalará una base experimental donde crezcan papas. Consta de orbitador, módulo de aterrizaje y explorador y aterrizará probablemente en el cráter Von Kármán, de 180 kilómetros de diámetro, en donde abundan el hierro y el torio.
El año próximo Chang’e 5 irá por muestras y las retornará a Tierra y en 2024 el turno será para Chang’e 6. La intención china es un vuelo tripulado hacia 2036.
El martes pasado, en la Exhibición Internacional Aeroespacial y de la Aviación, en Zhuhai, el experto Wang Xiaojun reveló que se construye el cohete en el que viajarán los cosmonautas alrededor del satélite, que podrá transportar hasta 25 toneladas. La tripulación irá en el segmento de nueve metros con los módulos de servicio y reingreso.
Hoy las agencias reúnen expertos de la academia y otros sectores para discutir ideas para el desarrollo de estaciones y bases. Los modelos son incipientes todavía, pero acá mostramos cómo podría ser un prototipo de colonia humana en la Luna.
No falta mucho
“Trasladaremos esa experiencia (de la Puerta o estación) a las misiones humanas hacia Marte”. WILLIAM GERSTENMAIER Exploración Humana de la Nasa