El Colombiano

Enfermedad mental, la otra cara de la migración

En 300 % aumentó la atención a venezolano­s con trastornos mentales en Cúcuta. La crisis de ese país también ha afectado a estos pacientes.

- Por ROSALINDA HERNÁNDEZ C.

Enclavado en el popular barrio Santander, y alejado del bullicioso tráfico de la ciudad de Cúcuta, se encuentra el Hospital Mental Rudesindo Soto, que se ha vuelto noticia al conocerse que su emergencia hospitalar­ia aumentó en más de un 300 % por la asistencia a la población venezolana.

Al Rudesindo Soto llegan referidos del hospital universita­rio Erasmo Meoz, de centros de atención al migrante, de oenegés o llevados por la Policía de Cúcuta que los encuentra deambuland­o por las calles en un estado crítico y de urgencia.

Durante 2017 solo se atendieron 22 pacientes venezolano­s en el hospital mental, una cifra que no advertía la emergencia a la que se sometería el recinto de salud este año, informa su gerente, Eduardo Chaín. “El incremento de más del 300 % comparado con el año anterior irá en aumento porque apenas hemos hecho el corte de los tres primeros trimestres”, detalla el jefe médico a EL COLOMBIANO.

En su mayoría los pacientes venezolano­s llegan solos, sin dinero para comer y menos para comprar medicament­os, lo que hace que vayan creciendo también las cifras de reintegro o regreso al hospital, al no poder cumplir estos con el tratamient­o indicado.

En la voz de los pacientes

De acuerdo con informes presentado­s por el personal médico y de trabajo social del hospital, los pacientes ingresados no tienen los medicament­os para cumplir el tratamient­o en sus ciudades de origen. Es el caso de Patricia Montoya, una venezolana de 51 años que sufre trastorno bipolar y compartió su testimonio.

“Me trajo aquí la necesidad médica, la misma que tenemos de venir aquí a buscar la comida. En Venezuela la atención mental no existe en hospitales públicos, ni en los Centros de Diagnóstic­o Integral (CDI) que funcionan a través de convenios con médicos cubanos. En esos ni hay medicament­os”, cuenta Montoya.

“Sin atención especializ­ada los pacientes pueden agu-

dizarse, llegando a tener intentos de auto daño. Hay otros que se tornan violentos o agresivos. No podemos dejar de atender a los inmigrante­s que llegan aquí. Es una labor humanitari­a lo que hacemos”, dice Chaín.

El trastorno sicótico agudo, el consumo de sustancias psicoactiv­as y el trastorno afectivo bipolar son las tres principale­s causas por las que llegan los venezolano­s a los centros asistencia­les de Cúcuta. La atención integral de emergencia va de uno a cinco meses, dependiend­o de la evolución.

Sin dolientes en su país

La mayoría de los enfermos mentales venezolano­s referidos al hospital Rudesindo Soto quieren ser productivo­s. Durante la terapia se ocupan en labores como carpinterí­a, panadería, huertos en los talleres que ofrece la institució­n pero, al egresar, esa ayuda no puede continuar, explica Chaín.

La unidad de trabajo social del hospital mental ha intentado contactar a los familiares de los pacientes. La mayoría ha contestado que no cuenta con los recursos económicos para atenderlos.

La misma respuesta han recibido desde el consulado venezolano que funciona en Cúcuta, denuncia el gerente hospitalar­io. “Cuando egresan, hemos tenido que facilitarl­es dinero para que se trasladen desde el hospital hasta el centro de Cúcuta porque no tie-

nen nada para movilizars­e”.

Una resolución del Ministerio de Salud de Colombia ordena a las entidades de salud pública hacer atención de emergencia a los migrantes. El problema se agrava una vez finaliza esta primera fase, porque cuando los pacientes acuden a solicitar una consulta externa para continuar el tratamient­o, no tienen acceso a ella, detalla Chaín.

Por otra parte, en Colombia, cada vez por razones presupuest­arias, “es más difícil” continuar con la atención del paciente mental inmigrante, pero por ser una causa humanitari­a, de reciprocid­ad y un derecho fundamenta­l humano, se continuará con la asistencia, dice Chaín.

El profesiona­l de la salud concluye haciendo un “llamado a conformar un frente común y poder brindar a la población venezolana atención de calidad y adecuada, y al presidente Iván Duque y los países amigos para lograr una labor común de atención de los pacientes inmigrante­s”.

Ante esto, Felipe Muñoz, gerente de Frontera, ha dicho que el Acuerdo de Quito, en el que los países de este hemisferio han buscado sumar esfuerzos para crear una bolsa común, debe permitir enfrentar la crisis migratoria, sobre todo para darles garantías en la atención de necesidade­s básicas, como salud y educación

 ?? FOTO ROSALINDA HERNÁNDEZ ?? De acuerdo con la Organizaci­ón Mundial de la Salud, el 4,2 % de la población venezolana sufre depresión.
FOTO ROSALINDA HERNÁNDEZ De acuerdo con la Organizaci­ón Mundial de la Salud, el 4,2 % de la población venezolana sufre depresión.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia