SI MADURAMOS… NOS RENOVAMOS
Parece que olvidamos que a medida que tenemos más años no solo le decimos adiós a la juventud, a la tersura de la piel, a la solidez de nuestras formas, a la agilidad física y a la buena memoria. Si maduramos, también nos despedimos de la angustia de no tener claro quiénes somos ni para a dónde vamos, del temor a ser nosotros mis-