Los jugadores sí tenemos tiempo para estudiar
“A mí me ha servido el realizar estudios paralelos para que cuando termine de jugar al fútbol pueda tener ya una carrera y otra opción de trabajo. Es muy sencillo, se trata de aprovechar el tiempo libre que uno tiene como futbolista porque, contrario a lo que piensa mucha gente, a uno sí le queda mucho tiempo libre, sobre todo en las tardes cuando no se entrena, y la idea es que mis colegas inviertan de la mejor manera ese espacio. En mi caso, yo venía con una rutina del estudio del colegio y lo importante es no detener o acabar con esa costumbre. A los compañeros les insisto mucho en este tema, que estudien, porque uno nunca sabe en qué momento se le acaba la carrera como futbolista. Esto da muchas vueltas, a veces se está muy bien, pero, de un momento a otro, se puede caer y terminar, por eso es necesario tener otras alternativas de vida. Los futbolistas debemos ser muy sinceros, los tiem- pos han cambiado y espacio para estudiar sí hay, la educación virtual facilita mucho las cosas y, además, hay que aprovechar los convenios que tiene la agremiación de futbolistas y la Dimayor con la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, en la que, incluso, nos dan un precio especial por ser futbolistas. Lastimosamente la mentalidad del jugador no ha cambiado mucho, puede que haya una mejoría pero sigue siendo muy leve. La mayoría no demuestra ningún interés por estudiar, no le gusta. Aunque proceden de bases y núcleos en los que no se tuvieron muchas oportunidades, falta mayor iniciativa para querer salir adelante. Se acostumbraron a no estudiar y a dedicarse solamente a jugar. El problema, en realidad, es de la base familiar, porque nunca se les inculcó ese amor por el estudio. Es increíble que hoy en día haya jugadores en los equipos profesionales que ni siquiera culminaron sus estudios de bachillerato”.