UNIVERSIDAD Y RESPONSABILIDAD POLÍTICA
Hace bien el Consejo Académico de la Universidad de Antioquia en llamar la atención sobre las consecuencias negativas de la prolongación del cese de actividades en los programas de pregrado. El comunicado destaca la importancia de las luchas que se han llevado a cabo a nivel nacional por la defensa de la universidad pública, señala que estas deben continuarse en los años siguientes, pero muestra, con un sentido realista, que las cifras comprometidas por el gobierno, aunque no resuelven definitivamente la problemática universitaria, permiten “empezar a recuperar el déficit acumulado que se tiene a la fecha”, y con “los nuevos recursos de inversión se podría atender el mejoramiento de la infraestructura física, de las actividades de docencia e investigación, y de los servicios de bienestar”.
El pragmatismo político del comunicado frente a quienes pretenden llevar este movimiento más allá de este semestre y hasta el “día final” en que se puedan alcanzar la totalidad de las reivindicaciones y demandas hechas al gobierno, que indudablemente son justas y merece que luchemos por ellas de manera democrática y pacífica. Al señalar estas dos formas de política quiero destacar las ventajas de una posición pragmática frente a las desventajas de una postura “del todo o nada”.
Aquí dejo a un lado el asunto del comunicado para hacer una ilustración filosófica de es- tas posturas. En la historia del pensamiento la posición del “todo o nada” ha sido asociada con aquellos que relacionan todo con una única visión, en función de la cual comprenden, piensan y sienten. Y de esta única visión deducen cómo llegar a obtener los fines propuestos sin importar las consecuencias. Consideran que existe una sola respuesta verdadera para cada problema humano y una vez hallada las demás deben ser rechazadas por érroneas (Robespierre, Lenin, Mao).
Los pragmatistas, por el contrario, persiguen muchos fines distintos, a menudo inconexos y hasta contradictorios. No buscan integrarlos bajo una única visión interna, o bajo una verdad inmutable. Son pluralistas y defienden la libertad de elección (Berlin).
Maquiavelo, ha sido dicho, es el primer pensador de la política porque diferencia la política de la religión y de la moral cristiana. La política tiene que orientarse, no por la idea de un deber ser, sino, por la verdad política, es decir, por como las cosas son en el mundo y seguirán siendo, en tanto haya seres humanos. No hay que temer a Maquiavelo: este es el punto de partida de una posición pragmática y responsable frente a la sociedad.
La ética del “todo o nada” es la ética absoluta, como ya lo dije. Según Weber, debemos ver con claridad que toda acción éticamente orientada puede ajustarse a dos máximas: a la ética de la convicción o a la de la responsabilidad. La primera la representa quien apuesta por el “todo o nada”. Rechaza toda prudencia que el moralista de la responsabilidad demanda diciéndole: hay que tener en cuenta las consecuencias previsibles de la propia acción. Esto es lo que solicita el Consejo Académico
No hay que temer a Maquiavelo: este es el punto de partida de una posición pragmática y responsable...