HOMENAJE A UNA BRUJA
En 1994, en busca de una “ayudita extra”, directivos del Quilmes argentino contrataron a la bruja Dora, a quien luego no le pagaron sus honorarios. Esta, en venganza, maldijo al equipo que perdió 5 finales seguidas en el ascenso. En 2003, un conocido hincha llamado Rodolfo Acosta se dio a la tarea de buscar la tumba de Dora y prometerle que le pondría su nombre a la hija que tendría para saldar la deuda del club. Meses después, Quilmes ascendió.