CONSTRUIR UNA NACIÓN EDUCANDO
La llegada de Radio Sutatenza fue un despertar de la sociedad colombiana, donde se puso en práctica uno de los principios básicos para la construcción de una nación: reconocer la importancia de la educación. El 16 de octubre de 1947 se dio inicio al programa cultural de lo que se convertiría en uno de los principales referentes latinoamericanos para el desarrollo de la educación rural; este programa logró tener una gran cobertura, y así mismo fue su capacidad para transformar la vida de los campesinos alrededor del país, con él se distribuyeron 6.453.937 cartillas de Educación Fundamental Integral en 955 municipios del país (Cifras Radio Nacional de Colombia).
Con el paso del tiempo parece que se nos ha olvidado la im- portancia y el carácter transformador de la educación. Hoy el gobierno está envuelto en una discusión (aparentemente interminable) en torno a qué será de la educación; la cuestión es que el problema va más allá de la falta de recursos e inversión por el gobierno, puesto que esos mismos factores han construido un imaginario común, donde educarse parece no tener un valor en nuestro país.
Nos han hecho creer que la educación es obligatoria, compleja e inalcanzable, acabando con la pasión que debería significar formarse en pro de sí mismo y la sociedad. Aún más preocupante es que la situación empeora cuando nos trasladamos a las zonas rurales, los territorios que sí han sufrido la violencia de una manera que en la ciudad desconocemos, y que si seguimos negando oportunidades a sus habitantes, nunca vamos a conocer. Según el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, solo un 10 % de los jóvenes rurales completan la educación básica, el 21 % logra terminar la educación media y tan solo el 6 % continúa con educación postsecundaria.
Lo anterior se le atribuye en el mismo informe a que los jóve- nes tienen que dejar a un lado sus proyectos para hacerse cargo económicamente de su hogar, y que así mismo consideran que estudiar no tiene algún valor agregado, mientras que trabajar sí. El valor agregado de la educación, tanto en zonas urbanas como rurales, es realizarse como persona, convertirse en un ciudadano activo y en un potenciador de una nueva cultura, tan necesaria en un país que está en vía de desarrollo, que ha sido silenciado y oprimido a causa de su ignorancia
Nos han hecho creer que la educación es obligatoria, compleja, inalcanzable...