“EL PADRE QUE NUNCA LLEGÓ”

Daniela Narváez tenía dos años cuando en 2002 las Farc secuestraron a su papá, presidente de la Asamblea del Valle. Con él se llevaron a once diputados más. Transformada en una espigada caleña, a sus 17, Daniela escribió una carta que tituló “El padre que nunca llegó”.

Fue tajante: “la relación con mi padre terminó antes de siquiera empezar… La guerra nos arrebató la infancia y en ese momento, en lugar de colorear tuvimos que marchar, luchar y ser fuertes”.

¿Quién es más víctima, el padre de Daniela asesinado después de cinco años largos de selva, o ella misma? La pregunta es odiosa pero sirve para darle cuerpo entero al calvario del secuestro. Habiéndose salvado solamente un diputado, el balance en el Valle fue de ca- torce muertos incluidos un subintendente de la Policía, un camarógrafo y su conductor.

Los investigadores del Centro Nacional de Memoria Histórica también se hicieron esa pregunta y tuvieron el acierto de incluir a las familias dentro del número de víctimas. Daniela, una de ellas.

Solo que esta actual estudiante de literatura se adelantó al tono del libro “El caso de la Asamblea del Valle. Tragedia y reconciliación”, presentado el viernes en Bogotá, con presencia de hermanos, hijos, sobrinos, amigos de los arrebatados por la insensatez.

“No solo soy mi pasado, soy mi presente y mi futuro – clamó Daniela. No quiero seguir siendo una víctima, no quiero que me recuerden por mi duelo, ni sientan lástima por mí. Prefiero que me recuerden como una mujer que sabe lo que quiere y hasta dónde quiere llegar”.

Durante dos años, tres estudiosos comandados por la socióloga Gloria Inés Restrepo Castañeda, sostuvieron conversaciones infinitas con más de 150 personas relacionadas entrañablemente con el caso. No es un caso cualquiera, tampoco lo es el resultado. El prólogo del padre Francisco de Roux lo sitúa: “Es una muestra de la estupidez del Gobierno de la época, al frustrar el acuerdo humanitario… Es una evidencia de la guerrilla secuestrada en su propia ideología, en la obstinación por las armas… Y es claramente la documentación de un doble milagro. El de los perpetradores que piden perdón y el de las familias que perdonan”. Más que inventario de sangres, el libro con películas documentales y exposición itinerante anexos, es una proximidad a la vida, esfuerzos, amores y sueños truncos de cada uno de los cercenados por la guerra, esa “expresión de la destrucción del ser humano en todos nosotros”

¿Quién es más víctima, el padre de Daniela, asesinado después de cinco largos años de selva, o ella misma?