¿Cómo sería un River- Boca en Medellín?
La inusitada oferta coincidiría con final DIM Junior (8 o 9 de diciembre). Se une a las de Catar, Asunción, Génova y Belo Horizonte.
Hacía 31 años no se disputaba una final de Copa Libertadores en un país ajeno a los dos finalistas. Ese panorama volverá, tras la reunión de ayer entre los presidentes de River, Rodolfo D´Onofrio; el de Boca, Daniel Angelici y el máximo dirigente de Conmebol, Alejandro Domínguez, en la cual se decidió que la final se jugará fuera de Argentina.
La posibilidad más aterrizada parece ser la de Asunción, Paraguay, país sede de la Conmebol. “Claro que estamos preparados, tenemos la capacidad para garantizar la seguridad de un evento de estos y tenemos el apoyo de Conmebol que sabe, al pie de la letra, el procedimiento logístico”, expresó Wálter Vásquez, comandante de la fuerza policial paraguaya al diario ABC.
¿Medellín, sede de la Copa?
Ese fue el deseo que mostró el alcalde Federico Gutiérrez, a través de su cuenta de Twitter: “En caso de que la Conmebol tome la decisión de jugar el partido de la final de la Copa Libertadores entre Boca y River, en una ciudad neutral, ofrecemos a Medellín como escenario de fútbol en paz”.
Es que hasta Catar se ofreció para albergar el compromiso como una especie de examen ante el mundo de la capacidad que tiene para realizar un evento futbolístico de semejante envergadura ante el escepticismo general de lo que puede ser el próximo Mundial que, por cierto, empezó su
conteo regresivo de cuatro años la semana pasada.
“En España casi entran en huelga los futbolistas ante la idea de la dirigencia de llevar partidos de la Liga a Estados Unidos. Imagínate la puñalada para los suramericanos que se lleven nuestro torneo, que con sus virtudes y defectos es nuestro, para Asia”, replicó Guillermo Troilo, dirigente de River, al diario Ovación.
Y ante la sentida indignación de sacar el torneo del continente, la ciudad italiana de Génova hizo una emotiva oferta apelando al origen de ambos clubes, con amplio arraigo entre los migrantes genoveses o “tanos”, que ayudaron a dar vida a ambas instituciones.
“No me imagino una final más romántica en la historia”, declaró entusiasta en una carta el secretario de cultura de la ciudad, Stefano Anzalone.
Sea cual sea la determinación, es interesante la convicción que tiene la administración municipal. En los últimos años Medellín ha avanzado mucho en materia de convivencia en torno al fútbol.
“De decidirse, estamos listos para recibir la final de la Copa Libertadores y ofrecerles todas las garantías a las partes”, expresó Daniel Palacios, director del Inder.
El crecimiento de la ciudad es inestimable. De hecho, es la única ciudad del país que le apostó nuevamente, desde hace más de un año, a la presencia de hinchadas provenientes de otras ciudades y a los clásicos entre DIM y Nacional con ambas aficiones.
Sin embargo, la dimensión del embrollo que involucra esta final puede hacer de la propuesta de Gutiérrez algo impertinente para la ciudad, como indicaron detractores en redes sociales.
De todas formas, con la lluvia de propuestas para albergar esta “papa caliente” -a la que se sumó también Barranquilla y Belo Horizonte- primero habrá que ver qué curso toma la intención de Boca, que claramente no quiere disputarla en ninguna de estas ciudades sino recoger el trofeo de un escritorio