A volar
necesarios en Miraflores.
Emilsen Montoya, vecina de Luis Octavio, contó ayer al salir de una verdulería frente a la estación terminal del sistema, que el barrio anhela la obra desde hace dos años, porque traerá beneficios para la movilidad y la economía local. “Soy temerosa de montar, prefiero quedarme en tierrita. De pronto me tomo la pastilla para poder subirme”, dijo.
Cabinas, libros y cultura
El Metrocable no solo llegará para mejorar la movilidad en la zona, cuya población, en 80 %, es de estrato uno. Antes de ver las cabinas en el aire, la gente disfruta, desde el pasa-
do 2 de noviembre, de la Bibliometro en El Pinal.
María Paulina Gaviria Correa, profesional de Gestión Social del Metro, sostuvo que el programa para relacionarse con la comunidad arrancó en 2010, con el propósito de preparar a los futuros usuarios en el buen uso del sistema y en el cuidado del espacio público.
En la Bibliometro, según Kelly Juliana Valencia, asesora del espacio, están disponibles talleres de lectura y expresión artística para niños, cursos de astrofotografía y ciencia para jóvenes, y clases de informática para los adultos.
“Este es el primer espacio cultural que han tenido cercano. Hemos trabajado con ellos cómo se maneja un libro, por ejemplo, les decimos que si está lloviendo no nos debemos tapar con él”, concluyó