Reformas están contra el tiempo
El no realizar acuerdos burocráticos le pasa factura al Gobierno. Busca coalición para salvar las inicitivas.
Una carrera de negociaciones, trámites y debates deben transitar los proyectos de cambios tributarios, justicia y políticos, en dos semanas que quedan de legislatura. Distancia entre Gobierno y Congreso ha causado retrasos que llevarían a algunos a hundirse. ¿Qué pasa?
No negociar con la clase política tradicional, aunque taquillero y vistoso, trae sus consecuencias.
El presidente Iván Duque prometió en campaña cero mermelada con el Congreso y que sus proyectos de ley no dependerían ni del ofrecimiento de cargos ni de burocracia. Hoy sufre los efectos políticos de que sus ministros sean distantes de los congresistas, mientras ve que importantes reformas como la tributaria, la política y la judicial, han tenido todo tipo de trabas y cambios en el Congreso. Incluso, están más cerca de hundirse que de ser aprobadas.
A estas reformas se suma el proyecto de ley para modernizar el sector de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), radicado desde el primer día de Gobierno, pero que no ha tenido avance. Esperan que sea aprobado en comisiones conjuntas la próxima semana.
Así las cosas, mientras el expresidente y senador Álvaro Uribe trata de tejer alianzas con otras bancadas -ya se reunió con César Gaviria para atraer al liberalismo-; lo que enfrenta el Gobierno hoy era predecible, pues el Congreso y los partidos tienen como costumbre la representación burocrática.
Para la directora de posgrados de Ciencia Política de la Universidad Javeriana, Patricia Muñoz, “el agravante es que siempre se ha dicho que el primer año de gobierno es en el que el presidente tiene mayor margen de maniobra y capacidad de negociación. Duque está cumpliendo con cero mermelada pero no ha establecido una nueva forma de negociación”.
Muñoz agregó que al Gobierno le falta creatividad, capacidad de diálogo y establecer reglas claras.
Al respecto, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, una de las más criticadas por la relación con el Congreso, escribió en Twitter: “la instrucción del presidente de mantener el respeto hacia el Congreso, ha sido clara. Aunque se dice que hay distancia, no es así, es una relación basada en el reconocimiento de la independencia de poderes, diálogo y consenso”.
Trámites que tambalean
La primera reforma rechazada por el Congreso, con Centro Democrático incluido, fue la tributaria. La propuesta inicial, presentada por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, no solo recibió críticas de gremios, ciudadanos y congresistas, sino del expresidente Uribe, quien dijo que no la acompañaría.
Luego, con la intención de afianzar las relaciones del Congreso con el gobierno Duque, Uribe logró destrabar algunos puntos de la reforma, se reunió con otras bancadas y actualmente trabajan en las modificaciones que esperan que, esta vez, sí sean aprobadas.
La reforma política parece tener mejor futuro. Aunque se hundió el transfuguismo y la eliminación del Consejo Nacional Electoral, el proyecto
superó ayer su tercer debate, con la aprobación de las listas cerradas y la paridad de género que garantizaría que para la legislación de 2022, las corporaciones públicas tengan 50 % de mujeres y 50 % hombres. La reforma a la justicia es quizá la que presenta más obstáculos. Si bien superó los dos debates iniciales en el Senado, las principales herramientas con las que el Gobierno pretendía transformar la rama judicial se hundieron. La eliminación del Consejo Superior de la Judicatura, la reglamentación de la tutela, el Tribunal de Aforados y el aumento presupuestal para la rama, fueron negados. El Gobierno vio sucumbir 14 de sus artículos de la reforma de la justicia, según expertos y algunos congresistas, por falta de tacto y coordinación de la ministra de esa cartera, Gloria María Borrero. Así lo planteó el presidente de la Cámara de Representantes, Alejandro Chacón, del Partido Liberal, quien criticó fuertemente a la ministra y la culpó de que la reforma no tenga mejor trámite. “Frente a las falsedades que se dicen en este Congreso, hay algunas que se dicen por la ineptitud y falta de conocimiento que tienen algunos funcionarios, que han llegado a este Gobierno y no conocen el Congreso”, señaló Chacón. Añadió que la reforma no se ha engavetado y que desde el 5 de septiembre conformó una comisión para “promover las relaciones armónicas con el Gobierno”. Luego de esas declaraciones, la ministra Borrero se defendió y señaló a Chacón de engavetar la reforma a la justicia. “El presidente de la Cámara no ha querido repartir el proyecto a la Comisión Primera. La reforma se hundirá por tiempo y no por culpa del Gobierno”. El representante liberal, Julián Peinado, afirmó que
después de reuniones con las Cortes, le quedó la sensación de que no habían sido escuchados. Añadió que la Cámara tiene toda la intención de sacar adelante la reforma.
“Creamos una comisión accidental para estudiarla, pero pasaron dos meses y la Ministra de Justicia no se reunió con los miembros, solo nos buscó hasta hace unos días. La premura de tiempo nunca debe estar por encima del proceso que deben surtir iniciativas trascendentales”, dijo.
¿A dónde va el liberalismo?
El Partido Liberal se distanció del Gobierno de a poco, pese a que apoyó a Duque para su elección como presidente. Al primer mes de mandato se declararon independientes, luego, con la presentación de la ley de financiamiento la brecha se extendió.
El representante Peinado indicó que esta ley “no es conveniente como fue presentada porque afectaba especialmente a la clase trabajadora”.
Para la directora Muñoz, “el Partido Liberal tiene una división interna y nuevos liderazgos que reflejan descontento con las bases y con las decisiones de César Gaviria”. No obstante, paralelo a la discusión parlamentaria, Uribe sostiene reuniones con el jefe liberal tratando de lograr una coalición que evite un fracaso rotundo de la agenda del Gobierno.
EL COLOMBIANO habló con uno de los miembros del círculo de confianza del presidente Duque quien reconoce la preocupación: “esta es una situación inédita, el presidente con más alta votación, no cuenta con respaldo para sacar adelante el programa de Gobierno”.
La conclusión de lo que viene la dio el mismo funcionario, “en este momento estamos en semáforo amarillo. Si no logramos el apoyo del Congreso, la próxima semana estaremos en rojo y las reformas podrían fracasar. Así están las cosas”
“Los gobiernos deben ser creativos, negociar con ética sin incluir recursos públicos en los consensos que logra”. PATRICIA MUÑOZ Docente de la Universidad Javeriana