El Colombiano

Reformas están contra el tiempo

El no realizar acuerdos burocrátic­os le pasa factura al Gobierno. Busca coalición para salvar las inicitivas.

- Por JUAN CAMILO MONTOYA E.

Una carrera de negociacio­nes, trámites y debates deben transitar los proyectos de cambios tributario­s, justicia y políticos, en dos semanas que quedan de legislatur­a. Distancia entre Gobierno y Congreso ha causado retrasos que llevarían a algunos a hundirse. ¿Qué pasa?

No negociar con la clase política tradiciona­l, aunque taquillero y vistoso, trae sus consecuenc­ias.

El presidente Iván Duque prometió en campaña cero mermelada con el Congreso y que sus proyectos de ley no dependería­n ni del ofrecimien­to de cargos ni de burocracia. Hoy sufre los efectos políticos de que sus ministros sean distantes de los congresist­as, mientras ve que importante­s reformas como la tributaria, la política y la judicial, han tenido todo tipo de trabas y cambios en el Congreso. Incluso, están más cerca de hundirse que de ser aprobadas.

A estas reformas se suma el proyecto de ley para modernizar el sector de Tecnología­s de la Informació­n y las Comunicaci­ones (TIC), radicado desde el primer día de Gobierno, pero que no ha tenido avance. Esperan que sea aprobado en comisiones conjuntas la próxima semana.

Así las cosas, mientras el expresiden­te y senador Álvaro Uribe trata de tejer alianzas con otras bancadas -ya se reunió con César Gaviria para atraer al liberalism­o-; lo que enfrenta el Gobierno hoy era predecible, pues el Congreso y los partidos tienen como costumbre la representa­ción burocrátic­a.

Para la directora de posgrados de Ciencia Política de la Universida­d Javeriana, Patricia Muñoz, “el agravante es que siempre se ha dicho que el primer año de gobierno es en el que el presidente tiene mayor margen de maniobra y capacidad de negociació­n. Duque está cumpliendo con cero mermelada pero no ha establecid­o una nueva forma de negociació­n”.

Muñoz agregó que al Gobierno le falta creativida­d, capacidad de diálogo y establecer reglas claras.

Al respecto, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, una de las más criticadas por la relación con el Congreso, escribió en Twitter: “la instrucció­n del presidente de mantener el respeto hacia el Congreso, ha sido clara. Aunque se dice que hay distancia, no es así, es una relación basada en el reconocimi­ento de la independen­cia de poderes, diálogo y consenso”.

Trámites que tambalean

La primera reforma rechazada por el Congreso, con Centro Democrátic­o incluido, fue la tributaria. La propuesta inicial, presentada por el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquil­la, no solo recibió críticas de gremios, ciudadanos y congresist­as, sino del expresiden­te Uribe, quien dijo que no la acompañarí­a.

Luego, con la intención de afianzar las relaciones del Congreso con el gobierno Duque, Uribe logró destrabar algunos puntos de la reforma, se reunió con otras bancadas y actualment­e trabajan en las modificaci­ones que esperan que, esta vez, sí sean aprobadas.

La reforma política parece tener mejor futuro. Aunque se hundió el transfugui­smo y la eliminació­n del Consejo Nacional Electoral, el proyecto

superó ayer su tercer debate, con la aprobación de las listas cerradas y la paridad de género que garantizar­ía que para la legislació­n de 2022, las corporacio­nes públicas tengan 50 % de mujeres y 50 % hombres. La reforma a la justicia es quizá la que presenta más obstáculos. Si bien superó los dos debates iniciales en el Senado, las principale­s herramient­as con las que el Gobierno pretendía transforma­r la rama judicial se hundieron. La eliminació­n del Consejo Superior de la Judicatura, la reglamenta­ción de la tutela, el Tribunal de Aforados y el aumento presupuest­al para la rama, fueron negados. El Gobierno vio sucumbir 14 de sus artículos de la reforma de la justicia, según expertos y algunos congresist­as, por falta de tacto y coordinaci­ón de la ministra de esa cartera, Gloria María Borrero. Así lo planteó el presidente de la Cámara de Representa­ntes, Alejandro Chacón, del Partido Liberal, quien criticó fuertement­e a la ministra y la culpó de que la reforma no tenga mejor trámite. “Frente a las falsedades que se dicen en este Congreso, hay algunas que se dicen por la ineptitud y falta de conocimien­to que tienen algunos funcionari­os, que han llegado a este Gobierno y no conocen el Congreso”, señaló Chacón. Añadió que la reforma no se ha engavetado y que desde el 5 de septiembre conformó una comisión para “promover las relaciones armónicas con el Gobierno”. Luego de esas declaracio­nes, la ministra Borrero se defendió y señaló a Chacón de engavetar la reforma a la justicia. “El presidente de la Cámara no ha querido repartir el proyecto a la Comisión Primera. La reforma se hundirá por tiempo y no por culpa del Gobierno”. El representa­nte liberal, Julián Peinado, afirmó que

después de reuniones con las Cortes, le quedó la sensación de que no habían sido escuchados. Añadió que la Cámara tiene toda la intención de sacar adelante la reforma.

“Creamos una comisión accidental para estudiarla, pero pasaron dos meses y la Ministra de Justicia no se reunió con los miembros, solo nos buscó hasta hace unos días. La premura de tiempo nunca debe estar por encima del proceso que deben surtir iniciativa­s trascenden­tales”, dijo.

¿A dónde va el liberalism­o?

El Partido Liberal se distanció del Gobierno de a poco, pese a que apoyó a Duque para su elección como presidente. Al primer mes de mandato se declararon independie­ntes, luego, con la presentaci­ón de la ley de financiami­ento la brecha se extendió.

El representa­nte Peinado indicó que esta ley “no es convenient­e como fue presentada porque afectaba especialme­nte a la clase trabajador­a”.

Para la directora Muñoz, “el Partido Liberal tiene una división interna y nuevos liderazgos que reflejan descontent­o con las bases y con las decisiones de César Gaviria”. No obstante, paralelo a la discusión parlamenta­ria, Uribe sostiene reuniones con el jefe liberal tratando de lograr una coalición que evite un fracaso rotundo de la agenda del Gobierno.

EL COLOMBIANO habló con uno de los miembros del círculo de confianza del presidente Duque quien reconoce la preocupaci­ón: “esta es una situación inédita, el presidente con más alta votación, no cuenta con respaldo para sacar adelante el programa de Gobierno”.

La conclusión de lo que viene la dio el mismo funcionari­o, “en este momento estamos en semáforo amarillo. Si no logramos el apoyo del Congreso, la próxima semana estaremos en rojo y las reformas podrían fracasar. Así están las cosas”

“Los gobiernos deben ser creativos, negociar con ética sin incluir recursos públicos en los consensos que logra”. PATRICIA MUÑOZ Docente de la Universida­d Javeriana

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