¿DEBACLE CLIMÁTICA?
Ni rajamos ni prestamos el hacha. En 2017 emisiones de CO2 subieron luego de tres años quietas.
La inacción puede pasar factura grande a la humanidad. Pese a los informes y estudios, continúa tibia la respuesta de individuos y gobiernos para frenar las emisiones de gases de invernadero y así estabilizar la temperatura del planeta.
Hay nuevos y preocupantes hechos. A días de que comience este 2 la Cumbre del Cambio Climático, en Katowice (Polonia), se conoció el informe sobre lo que los países han prometido para reducir esas emisiones y lo requerido en verdad. Conclusión: se necesitan cinco veces menos emisiones que las anunciadas.
En Estados Unidos se entregó el completo reporte cuatrienal y obligatorio sobre la situación del cambio climático en ese país, preparado por 300 científicos, y la administración de Donald Trump lo divulgó en la tarde del Día de Acción de Gracias, para restarle importancia. Dijo además que tiene vacíos. Y allí hay advertencias tan serias sobre tormentas más extremas, olas de calor frecuentes, aumento en el nivel del mar y colapso de carreteras y obras de infraestructura, daños por más de 21.000 millones de dólares.
Un informe que Colombia ni casi ningún país hace. Acá se depende de lo que con gran esfuerzo realiza el Ideam, modelando escenarios futuros, pero no hay una aglutinación sobre la situación en todos los sectores. Es necesaria ante el panorama actual.
Los incendios forestales en California, con casi 100 muer- tos y unos dos centenares de desaparecidos, fueron los más fuertes de la historia estatal. Y a medida que se apagan ya, aparecen reportes de investigadores señalando cómo el cambio climático los atizó.
Es lo que pasa en Medellín: inundaciones más frecuentes por aguaceros extremos cada vez más seguidos y pese a lo cual no hacemos nada.
No es solo Trump. En Australia el primer ministro cayó por proponer medidas ambientales. El nuevo gobierno de Brasil dijo no a la reunión del cambio climático allí en 2019, porque no cree en el tema. Además, planea flexibilizar las normas para reducir la deforestación amazónica.
Hasta en Francia: el aumento de la gasolina, por el impuesto al carbono, ha generado violentas protestas ciudadanas.
Ni rajamos ni prestamos el hacha. Y en 2017 las emisiones de CO2 subieron luego de tres años quietas. Hace tres millones de años al menos que no se tenía un nivel tan alto.
Si ya millones sufren las consecuencias, ¿qué será en unas décadas? ¡Pobres!
Maullido: ¿no dizque iban a hacer el centro vivible?