ESTADOS UNIDOS JUEGA SUS CARTAS
Al verse presionado por un precio de más de 80 dólares (cuando este se movía en los 50 o 60) EE. UU. decidió dar un giro para convertirse no en uno de los principales compradores mundiales del material, sino en uno de los más importantes productores. El 19 de septiembre el Departamento de Energía informó que había alcanzado una producción estimada de 10,68 millones de barriles diarios, número que le dio para superar a Rusia (10,60 millones) y Arabia Saudita (10,40 millones). Ese suceso hizo que la nación norteamericana influyera en el movimiento del valor del crudo, pero también empezara a ser una competencia sólida para aquellas naciones que buscan en las exportaciones de petróleo un sustento económico.