El Colombiano

CABEZAZOS CONTRA EL PISO

- Por DAVID GONZÁLEZ ESCOBAR Universida­d EAFIT Facultad de Economía, 4° semestre davidgonza­lezescobar@gmail.com

En la polémica obra de Fer

nando Vallejo, aparece en más de uno de sus libros una imagen sumamente interesant­e: la de un niño iracundo que, en medio del desespero, no encuentra una manera distinta de desahogar su rabia que darse cabezazos contra el piso. “¡ Tan! ¡ Tan! ¡ Tan! Contra las duras frías baldosas”.

En una entrevista, Vallejo admite que para la creación de este personaje se inspiró no solamente en él mismo, que solía darse golpes contra el piso cuando era niño, sino además en un sobrino suyo, que hacía exactament­e la misma cosa, lo cual lo llevó a razonar que existiera la posibilida­d de que fuera algo que “estuviera en los genes de la raza antioqueña”.

Esa imagen de un niño descargand­o su furia lastimándo­se a sí mismo la he vuelto a recordar en las últimas semanas.

Ante los nuevos hechos con el fiscal y Odebrecht, las controvers­ias de la Ley de Financiami­ento o, ya un poco más lejano, lo ocurrido en Hidroituan­go, la reacción de ciertos sectores de la opinión ha sido demonizar absolutame­nte todas las personas e institucio­nes que rodean estos eventos, en una actitud fatalista que sería muy típica del propio Vallejo.

El país lleva varios años progresand­o lenta pero continuame­nte, pero como esto no es atractivo ni política ni mediáticam­ente, muchas personas buscan vender la posición extrema de que todo va mal, que no hay solución distinta a derrumbar todo lo que en este momento está construido, asumiendo que toda la institucio­nalidad está podrida.

Sin ninguna duda se debe indagar a fondo todas las irregulari­dades que se presentan en el país, por inacabable que a veces parezca la lista. Una actitud crítica es esencial y saludable para hallar y corregir los problemas que a veces parecen agobiarnos y, justificad­amente, enfurecern­os.

Pero el pesimismo extremo en el que nos estamos sumiendo no es la respuesta a los problemas. Por el contrario, puede llevarnos a tomar decisiones impulsivas que a la larga podrían traer aún más daño.

Aunque existe el impulso, debemos evitar darnos cabezazos contra el piso en un intento desesperad­o por desahogarn­os, por más que haya quienes quieran convencern­os de que esta sería la mejor solución. Las respuestas nunca son tan fáciles. * Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnista­s del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsabl­es sus autores. No compromete­n el pensamient­o editorial de El Colombiano, ni las universida­des e institucio­nes vinculadas con el proyecto.

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