CONFIRMACIÓN CON OTRA INVESTIGACIÓN
Tras analizar los granos dejados por la explosión en Cassiopeia, los astrónomos encontraron que en los residuos o remanentes de otra supernova, G54.1+0.3, se encontraba el silicio con la misma forma, sugiriendo que allí nace y esa fisonomía la adquiere en las explosiones. Los investigadores compararon lo visto por el Spitzer con datos del telescopio espacial europeo Herschel para medir la cantidad de silicio producido en cada una de las explosiones de supernova. Hallaron que el elemento producido en estos eventos es suficiente para explicar la cantidad de polvo que se aprecia en el universo, incluido el que hay en la Tierra.