EL LÍO DEL LOTE

Uno de los casos que más giros dio durante las audiencias preliminares fue el de la venta de un lote en la vereda Pantanillo. El fiscal General, Néstor Humberto Martínez, dijo el pasado 22 de octubre que la alcaldía pagó $1.300 millones por un lote, cuyo dueño anterior lo había adquirido pocos días antes por $50 millones. Agregó que se iba destinar como reserva forestal y que durante la negociación los intervinientes “pactaron un porcentaje de dinero para su lucro personal”. La defensa de Camilo Correa Berruecos sustentó —con documentos en mano— que el lote era propiedad de la familia de Daniel Felipe Salas Gaviria, con quien él mantiene una relación personal. Lo que hicieron Salas y Correa, dijo el juez con base en las evidencias, fue simular una venta para evitar que el lote fuera objeto de embargo por otras deudas que tenía la familia de Salas. “Ellos querían evitar que se afectara el bien porque sabían que tenía un valor más alto por estar en una zona de interés ambiental (cercana al Ojo de sal, única fuente salina)”, apuntó el togado. Así las cosas, y según los testimonios leídos en la sala, Correa habría recurrido al contralor —de quien se dijo es amigo personal— para que la Alcaldía aceptara dos facturas falsas por más de $400 millones, la primera por concepto de venta del lote y la segunda por unos servicios. La primera fue desecha-