De la resistencia
deros y sus derivaciones, el municipio empezó un inventario de zócalos, enmarcado dentro de la revisión del esquema de ordenamiento territorial. El proceso, que culmina en 2019, pretende hacer un diagnóstico del estado de estas obras de arte, trazar tareas de conservación y articular otros proyectos afines, como el embellecimiento de 9.000 m2 de fachadas.
“Empezamos a establecer líneas base para anticiparnos a los factores que comienzan a amenazar esta manifestación cultural. Buscamos generar movilización para que la gente proteja y se apodere de la tradición”, dijo.
Así como en los años 80, la administración pretende crear voluntariados, ya no para pavimentar calles, sino para renovar y embellecer los zóca-
los. “Son acciones para que no se pierda la cultura y sigamos queriendo nuestras calles estrechas de casas coloridas. Debemos proteger lo que somos”, añadió Calvo.
Elkin García Giraldo, gerente de una promotora de turismo, dijo que Guatapé no es ajeno a la invasión cultural que trae el turismo. “Nos podemos convertir en un municipios de extraños. El zócalo es lo que nos permitirá sobrevivir como un pueblo que tiene su propia identidad cultural”.
Es su segunda resistencia