DEPORTES
La peleadora antioqueña firmó para la más grande empresa promotora del mundo.
Increíble ascenso de Sabina Mazo: primera colombiana en la UFC.
Cuando Sabina Mazo Isaza se fue a Estados Unidos en procura de algo así como el “sueño americano”, lo hizo con visa de estudiante. Fue en enero de 2016 luego de hacerse bachiller del Colegio Montemayor Sagrado Corazón. Quería seguir sus estudios universitarios de Medicina en ese país. Pero, más allá de ello, intentar hacerse a algún nombre en lo que le apasiona desde niña: las artes marciales mixtas, de las que hoy muestra con orgullo su título mundial de la LFA (Legacy Fighting Alliance, una de las más importantes empresas promotoras de este deporte).
El primer objetivo lo logró pues ingresó al Orange County College OCC de Huntington Beach, estado de California, donde se radicó para emprender una nueva vida. Allí empezó a estudiar Nutrición y combinó con el deporte sus ratos libres. La ilusión llegó a tal extremo que, con solo semanas de estadía, ya se había vinculado a la cuerda del brasileño Rafael Cordeiro, considerado uno de los más conocedores de la disciplina y formador de grandes campeones mundiales como Wanderlei Silva, Mauricio Shogun y Fabricio Werdum, entre otras figuras. Ayer, esta antioqueña de piel blanca y esbelta figura que a simple vista no pareciera tener unos puños de hierro, unas piernas de acero y una agilidad única para aplicar llaves sobre sus rivales, a las que “destroza” cada vez que ingresa a la jaula de combates a batirse en pelea, empezó a saborear el verdadero objetivo de su ida a EE. UU. al firmar contrato con la UFC (Ultimate Fighting Championship), la más prestigiosa empresa de promoción de las artes marciales del mundo.
“Esto es emocionante; tengo sensaciones increíbles; sin embargo, considero que lo importante es demostrar con hechos que, más allá de haber llegado a la UFC, tengo madera en la jaula”, dice Sabina.
Las primeras peleas en el octágono estadounidense y hasta el título mundial conseguido a principios de este año parecieran poca cosa comparada con este trascendental hecho que se asemeja a la llegada a la NBA en baloncesto, las Grandes Ligas del béisbol o firmar para el Barcelona o Real Madrid en el fútbol.
Sabina era esperada el pasado fin de semana en Medellín, donde se le brindaría dos merecidos homenajes: recibir la distinción Juan del Corral por parte del Consejo y el premio a la Deportista Revelación del año de la Acord y, a la vez, para preparar el viaje a Argentina, donde representaría a Colombia en el Panamericano de muaythai. Pero todo esto se cayó por un tema de visado, ya que, como señala su entrenador y quien la descubrió para las marciales mixtas, David González, al firmar con la UFC obligatoriamente cambia el tipo de visa.
“Tenía visado como atleta y así pudo viajar y salir de ese país. Al cerrar el negocio con la UFC su contrato con LFA expiró. La visa debe cambiar de empleador. Ese trámite le impidió venir hasta que esta nueva empresa emita el documento respectivo ante las autoridades de migración de EE. UU.”, cuenta.
La UFC ya había hecho varias ofertas para vincular a Mazo; no obstante, según González, prefirieron ser prudentes y esperar. Después ofrecieron un contrato inicial por 4 peleas que podría ser renovable según el desempeño”.
Con ello, Sabina se convierte en la primera mujer colombiana en UFC en la historia de esta disciplina. “Es un orgullo. Lo más importante ahora es quedarme que entrar”, concluye