POLÍTICA Y ARTE, OTROS CAMINOS
El exfutbolista del Olympique de Marsella, Ahmed Ben Bella (ya fallecido), fue el primer presidente de la República Argelina Democrática y Popular, en 1963. Y el exarquero Kaj Leo Holm fue ministro de las Islas Feroes, país del Reino de Dinamarca. Otros exdeportistas emprendieron caminos en la cultura y el arte: el arquero argentino Germán Burgos, vocalista del grupo The Garbs; el jugador de fútbol americano Dwayne “The Rock Johnson”, actor; igual que los exponentes de artes marciales JeanClaude Van Damme y Chuck Norris; el automovilista Paul Newman y el baloncestista Michael Jordan. “El jugador de fútbol tiene demasiado tiempo libre para aprovechar en instruirse para hacerse una persona diferente: en los hoteles, las concentraciones, en los aviones... El deportista debe aprender que es una marca que él mismo publicita y vende”. Si tomamos la práctica deportiva como el espacio propicio en el que preparamos a nuestros jóvenes con metas claras para sus proyectos de vida y el desarrollo de valores y principios (disciplina, perseverancia y resiliencia), seguramente tendremos un futuro mejor. Es ahí cuando nuestras canchas, coliseos y gimnasios se convierten en laboratorios para construir y formar nuevos líderes. Si en el deporte hay bases firmes, los atletas de proyección regresan a donde iniciaron sus procesos de transformación. Esa lucha constante, con entrega y sin restricciones, retorna con un sentido solidario. Esta es la razón por la cual ahora muchos deportistas consagrados regresan a devolver todo lo que algún día recibieron, algo que consideran fue el punto de inflexión en sus vidas. Entendieron que sus vidas cambiaron a raíz de una serie de principios y valores que los hicieron fuertes, claros y punzantes en su día a día y a través de la competencia. La idea es que lleguen a aportar y ofrecer oportunidades con un único objetivo de hacer realidad los proyectos personales. Velar para que los proceso sean más llevaderos, optimistas y se pierda menos tiempo y energía en ellos. Todos aquellos dirigentes que saben cuánto cuesta y cómo duele esta aventura, a ellos que la vida les dio la posibilidad del éxito y la felicidad por medio del deporte de alto rendimiento, se les debe reconocer por apoyar las generaciones presentes y futuras. Su apoyo y vinculación es determinante para la orientación de los nuevos talentos. Cada vez necesitamos más y más de ellos, que intervengan con su trabajo, con su tiempo, su experiencia personal y profesional, y sus empresas privadas; que den un impulso sólido para que los jóvenes crezcan y consoliden sus proyectos y sueños.