EL FALLO CONTRA ODEBRECHT, SI SE RATIFICA, MARCARÍA EL INICIO DEL CAMBIO EN LUCHA ANTICORRUPCIÓN
La importancia de la sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que condena por corrupción a la firma Odebrecht y a las empresas colombianas que hicieron parte del consorcio Ruta del Sol I, va más allá de la multa por más de 800 mil millones de pesos (casi 260 millones de dólares) a título de indemnización al Estado colombiano por los perjuicios causados. Obviamente la condena es una reparación debida. Pero es el precedente jurisprudencial lo que realmente puede marcar el inicio de un cambio. Eso sí, teniendo en cuenta que aun queda pendiente un recurso ante el Consejo de Estado, que tendrá la última palabra (o la penúltima, habida cuenta de que por vía de tutela algunas empresas han logrado revertir fallos de última instancia tanto en la justicia ordinaria como en la contencioso administrativa).
Es relevante también destacar que esta sentencia se produce al resolver una acción popular que presentó el procurador General, Fernando Carrrillo, por los daños generados por las empresas corruptas al patrimonio y a la moralidad administrativa.
De ratificarse el fallo -para lo cual habrá que esperar meses, incluso años- Odebrecht tendrá que pagar varias veces más lo que había sido su cínica oferta de reparación al Estado, que fue de 11 millones de dólares, y queda inhabilitada por 10 años para contratar en Colombia