DIM y un final entre tristeza, rabia, gratitud y aplausos
La respuesta emocional y futbolística del rojo debe ser aliciente en medio del dolor.
Sentimientos encontrados entre los aficionados del Medellín después del esfuerzo que realizó el equipo para remontar la serie ante el Junior de Barranquilla.
Cuando el árbitro Carlos Betancur pitó el final del partido había caras tristes en la tribuna, pero también gratitud y aplausos por la labor realizada por los jugadores escarlatas, que lograron el objetivo inicial: marcar tres goles. Sin embargo, concedieron uno. El gol que acentuó la tristeza sobre buena parte de la ciudad, paradójicamente de un antioqueño, Yony González, con el que Junior se coronó campeón.
Ya en la cancha, mientras los jugadores del Junior se abrazaban, apareció el afán de David González por irse al camerino y llevarse a sus compañeros “acá no premian a los segundos vamos”.
Una imagen desgarradora fue la del goleador Germán Cano, quien, a punto de quebrar en llanto, miraba al cielo buscando respuestas, como preguntándose el por qué no ha podido ser campeón con el equipo que ama, ya son tres subtítulos para el argentino.
Es un dolor que no han mitigado ni los cuatro botines de oro que ha conseguido ni ser el máximo goleador de los torneos cortos con 20 anotaciones ni de quedar a 4 tantos de José Vicente Grecco, el artillero