Tigo inicia su cotización en la Bolsa de Nueva York
Millicom (Tigo) lo hizo a través de mercado tecnológico Nasdaq. El precio de apertura fue de 62,52 dólares.
Con esta marca, la compañía Millicom entró ayer en el índice Nasdaq, que reúne solo acciones tecnológicas. La apuesta es generar mayor liquidez para inversionistas y también se interpreta como un paso “obligado” dada la expansión de la empresa. Marcelo Cataldo, presidente de TigoUne en Colombia (foto), aseguró que esto impulsa a un mayor despliegue en infraestructura. Lea los detalles.
Mientras el mundo tiene su mirada en las innovaciones del Consumer Electronics Show en Las Vegas (Nevada) otra noticia buscaba atraer la atención: el inicio de cotización de Millicom en la Bolsa de Nueva York, en Nasdaq —el segundo mercado más importante de Estados Unidos, que se especializa en empresas tecnológicas— bajo el nombre TIGO.
En Colombia, la relación de la compañía es importante si se tiene en cuenta que en TigoUne, Empresas Públicas de Medellín y Millicom son los socios de la compañía, pero la última tiene el control para el manejo administrativo, financiero y operativo.
El presidente de TigoUne, Marcelo Cataldo, confirmó a EL COLOMBIANO que el inicio en Nueva York se dio con 19.000 transacciones, con lo que se “busca ampliar la base de accionistas potenciales dentro del mercado capital de Estados Unidos”.
Este paso, dijo Camilo Thomas, analista de renta variable de Alianza, es relevante y la razón es que “es un mercado de nicho que atrae inversionistas que están solamente interesados en el segmento tecnológico”.
Además, recalcó Juan David Rojas, estratega de la comisionista AdCap Colombia, “cotizar en la segunda bolsa más grande de Estados Unidos es una oportunidad para las compañías de consolidar su posición en el mercado”.
Para Millicom no es la primera experiencia de este tipo. Hoy tiene la cotización de los Certificados de Depósito Suecos en Estocolmo.
Implicaciones del paso
Según la empresa “tocar la campana en Nueva York (...) es la confirmación del crecimiento continuo y la expansión en mercados emergentes
aportando a su economía mediante la construcción de autopistas digitales para conectar a más personas”.
Explica Rojas que la ventaja principal de estar en este mercado es la posibilidad de obtener recursos a un costo menor que si se obtuviese un crédito, se emitieran bonos o incluso acciones en el mercado local.
Sin embargo, sostuvo el comisionista de AdCap, este proceso implica para la compañía requerimientos más estrictos sobre los resultados financieros, contables y de procedimientos exigidos por entidades regulatorias americanas.
De acuerdo con Mauricio Ramos, presidente de Millicom este es un paso lógico “al acelerar nuestra expansión de cable y nuestro enfoque en América Latina, una región en
la que la mayoría de nuestro sector cotiza en los Estados Unidos (...) esperamos que mejore la liquidez de nuestras acciones con el tiempo”.
Así, dijo Cataldo, la decisión de cotizar en Nasdaq Nueva York “nos impulsa para seguir creciendo tanto inversiones como en el despliegue de infraestructura para conectar cada vez a más colombianos. Este es un momento histórico”.
La estrategia no significa un cambio en las operaciones diarias de la compañía, pero “Colombia juega un rol clave en esta historia de éxito, pues es la (operación) más grande de Millicom en el mundo”, confirmó el presidente de TigoUne (ver Paréntesis).
Al preguntar sobre el futuro para el mercado de capitales en la Bolsa de Valores de Colombia, Cataldo contestó
que Une sigue cotizando bonos y para Millicom, Nasdaq es un reto importante, “no conocemos de planes futuros”.
Un poco de Millicom
Thomas recordó que la compañía está especializada en mercados emergentes y logró la compra de Cable Onda, la mayor empresa de telecomunicaciones de Panamá.
De acuerdo con el último estudio socio- económico de Millicom, entre 2014 y 2017 la compañía representó el 4,4 % de la inversión extranjera directa al unir los mercados de Bolivia, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras y Paraguay, con una cifra cercana a los 3.400 millones de dólares, de los cuales 82 % fueron destinados a desplegar infraestructura