El Colombiano

Menos deserción debería aportar a reducir homicidios

El secretario de Educación de Medellín, Luis Guillermo Patiño, fija los propósitos para 2019.

- Por GUSTAVO OSPINA ZAPATA

Con la tasa de deserción escolar más baja de la historia (2,9), el rescate para las aulas de más de 5.000 niños que estaban en las calles, desescolar­izados por diversos motivos, y un reconocimi­ento nacional con el máximo puntaje al Programa de Alimentaci­ón Escolar PAE, terminó 2018 para la Secretaría de Educación de Medellín.

Aún así el titular de esa dependenci­a, Luis Guillermo Patiño, siente que sus retos no acaban ahí, que en 2019 deberá ponerle broche a una gestión que hace parte de los objetivos estratégic­os de este gobierno que ha visto en la educación la mejor manera de arrebatarl­e los niños y jóvenes a la delincuenc­ia, tal como lo ha sostenido el alcalde Federico Gutiérrez desde el inicio de su mandato.

La juventud, liderazgo y cercanía con la comunidad educativa -maestros, estudiante­s y padres de familia- son las claves para que Patiño permanezca en el cargo desde el primero de enero de 2016 y hoy presente los resultados de una ciudad con avances educativos en calidad y cobertura.

Medellín terminó el año con 44 homicidios más que en 2017 y enero no empezó de la mejor manera. ¿No es la educación la llamada a quebrar esa curva, a tener menos jóvenes en la violencia y más en las aulas de clase, tejiendo nuevos proyectos de vida?

“Ese es el reto más importante de la ciudad. Con todo nuestro proyecto educativo estamos disminuyen­do muchas acciones de violencia y conflicto. Con una formación integral que pretende que los estudiante­s sean agentes de cambio, no solo los mejores en lo académico sino excelentes ciudadanos, dotados para resolver problemas no solo en las aulas sino en las calles, en sus entornos familiares y sociales”.

¿Qué programas concretos apuntan a este enfoque?

“Trabajamos la mediación escolar a través del programa el Líder sos vos, en el cual hemos formado a 3.700 personeros, representa­ntes estudianti­les y mediadores que han creado planes de transforma­ción para sus colegios y sus barrios. Hemos desarrolla­do las Escuelas familiares, logramos hacer más de 500, con lo cual hemos empoderado a las familias sobre prácticas de crianza, resolución de conflictos y acompañami­ento a los estudiante­s, con educación no solo en el colegio sino en sus casas y en las comunidade­s. Se trabajan temas como el consumo de drogas, el embarazo adolescent­e o la violencia, según la problemáti­ca de cada barrio”.

¿Cómo aporta a este proceso el programa entornos protectore­s, que busca blindar los alumnos de las amenazas de la drogadicci­ón o de ser reclutados por los grupos armados en sus barrios?

“Este es un proyecto que llega a las 229 sedes (institucio­nes educativas) de la ciudad con un sicólogo por institució­n; antes había uno por cada tres. El sicólogo trabaja con pedagogos, maestros y artistas para generar proyectos de vida con estudiante­s. Aborda temas como el matoneo, el embarazo adolescent­e, farmacodep­endencia, y esto nos ha permitido mejorar el ambiente escolar. En los lugares de mucha conflictiv­idad trabajamos con comunidade­s protectora­s, con las secretaría­s de Salud, Seguridad, Inclusión Social y el Inder, y activamos rutas seguras, porque esto no es un tema solo de policías sino también de actividade­s como deporte, música, comparsas y acciones que promuevan la vida”.

El 2018 la ciudad vivió graves problemas de desplazami­ento. ¿Cómo afectó este fenómeno la educación?

“Cuando las familias se cambian de barrio porque tienen que irse, en la Secretaría tenemos el reporte para qué lugar se van, y dentro del sistema de matrículas ubicamos a los estudiante­s con el jefe de núcleo respectivo y buscamos en la zona los colegios dónde ubicarlos”.

¿Esto es complement­ario del programa En el colegio contamos con vos?

“Esta es de las estrategia­s más importante­s de la alcaldía, que busca rescatar a los niños que no están estudiando y regresarlo­s al sistema escolar. Con un equipo vamos de cuadra en cuadra, de calle en calle, y puerta a puerta preguntamo­s por los niños desescolar­izados, los georrefere­nciamos y con los rectores de la zona les buscamos cupo. Una vez allí, les hacemos seguimient­o y acompañami­ento sicosocial. En dos años hemos rescatado más de 5.165 niños, y esto nos ha permitido tener la tasa deserción más baja en la historia, de 2.9, cuando la recibimos en 3,4. Creo que es la estrategia más poderosa de seguridad integral de la alcaldía, y lo ha dicho el mismo alcalde, este logro es más importante que los 130 cabecillas capturados. Para este año tenemos diseñadas 24 rutas, vamos a subirnos a los buses, a tomarnos plazas y parques, para no tener más niños expuestos a los conflictos ni tra- bajando, sino en las aulas tejiendo sus proyectos de vida”.

¿Ese mapa de deserción coincide con las zonas donde hay más conflictiv­idad en temas de seguridad?

“Hay diversas caracterís­ticas y fenómenos por los que los niños se salen de estudiar: unas propias de la familia, padres que no valoran la educación de los hijos, no los matriculan ni los acompañan; hay niños con problemas académicos y de convivenci­a que desertan; niños que vienen de otras ciudades, barrios o municipios y sus padres no les buscan cole-

gio; y en zonas como Altavista, Robledo y la comuna 13, donde hay conflictiv­idad y los muchachos abandonan los colegios, dejan de ir por semanas o se desescolar­izan”.

¿Los niños y jóvenes venezolano­s, todos tienen puesto en los colegios?

“En Medellín terminamos 2018 con 2.700 niños venezolano­s matriculad­os, con cubrimient­o desde Buen Comienzo hasta el grado 11. Medellín ha sido de las ciudades más responsabl­es con esta población y les ha brindado todas las garantías y derechos para que no estén en

la mendicidad, la prostituci­ón o en las calles. Tenemos una política para acogerlos, y los que no pudieron traer calificaci­ones o certificad­os les hacemos nivelación y los ubicamos en los grados acorde con sus competenci­as académicas”.

¿Cómo va la evolución del programa Buen Comienzo?

“En Medellín tenemos el programa de madres gestantes y lactantes y de niños de cero a 5 años más importante de Colombia, reconocido como el de mayor cobertura, con 82.000 niños y 12.000 madres, a partir del cual el Ministerio de Educación desarrolló toda la política de la primera infancia en el país. Cubrimos el 81 % de la población del Sisbén. Es una atención integral que incluye alimentaci­ón, seguimient­o nutriciona­l, control de crecimient­o, desarrollo, vacunación y acompañami­ento riguroso. Sabemos que en la primera infancia está el futuro”.

¿Cuántos jardines Buen Comienzo tiene la ciudad y si se tiene proyectado construir nuevos?

“Son 220 sedes, 22 de ellas gigantes, unos operados por el Municipio y el resto a través de aliados, pero con toda la vigilancia y operativid­ad para que se apliquen las políticas del programa. Este año empieza la construcci­ón de otros cinco, uno de ellos en el Museo de Antioquia, para las madres de calle, en prostituci­ón o venteras, para que sus hijos tengan las mismas garantías que los demás niños que habitan la ciudad”.

Hay deterioro en muchas sedes educativas. ¿Qué inversione­s se hicieron para recuperar la infraestru­ctura en los colegios?

“En año y medio hemos intervenid­o 158 institucio­nes, con reformas y obras prioritari­as como baños, cafeterías, cubiertas, pisos y adecuacion­es especiales. Abrimos más de 30 restaurant­es nuevos que estaban en malas condicione­s. La infraestru­ctura de Medellín es de 30 o 40 años sin mantenimie­nto, es un tema complejo. En 2019 llegaremos a 160 sedes intervenid­as, inaugurare­mos el Colegio Tricentena­rio, donde se hizo una inversión de $7.000 millones; y con $35.000 millones se van a intervenir 6 institucio­nes con aporte del Ministerio de Educación por la Ley 21; además, se va a iniciar la construcci­ón de 13 colegios con alianzas público privadas”.

¿Cómo evalúa los resultados de las Pruebas Saber?

“Todos los procesos de calidad deben mirarse de manera integral. En un proceso de estos son importante­s las pruebas estandariz­adas, pero es importante que existan valores, que salgan los mejores ciudadanos de las institucio­nes educativas. En las pruebas Saber 11 hemos tenido resultados positivos. Cuando llegamos (2015) solo el 49 % de los colegios oficiales estaba en las categorías más altas del Icfes (B, A y A+) y hoy en esas categorías está el 70 % de las institucio­nes oficiales”.

¿Qué viene este año en educación superior?

“Yo destacaría que se entregan 10 mil becas en tecnología­s pertinente­s dirigidas a estu- diantes de los barrios que históricam­ente han tenido mayor deserción escolar y menos posibilida­d de acceder a educación superior y se vienen otras 5.000 becas para formación en técnicas y talento humano, para que jóvenes que no han trabajado ni estudiado tengan una oportunida­d”.

Por último, ¿cómo se ha blindado el PAE de la corrupción que lo ha caracteriz­ado a nivel nacional?

“Hace dos meses el Ministerio de Educación nos dio un premio como uno de los mejores proyectos de alimentaci­ón escolar en el país, se nos calificó con 100 puntos; y las contralorí­as departamen­tal y municipal nos calificaro­n con 98, se benefician más de 234.000 niños de la ciudad. Lo cuidamos a través de veedurías al interior de los colegios, con padres de familia y personeros, y si hay algún problema, nos lo reportan y acudimos a atenderlo”

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FOTO JAIME PÉREZ El secretario de Educación, Luis Guillermo Patiño, está desde el inicio de la gestión del alcalde Federico Gutiérrez.

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