UN QUINTO INTEGRANTE
Su transición hacia un tono más oscuro se ha ido dando de manera fluída, según ellos. “Si miramos hacia atrás tiene que ver con el EP Desfile de Esqueletos, donde retomamos ese tono que estaba en la banda naturalmente”, cuenta el guitarrista Andrés Toro.
“Magia Negra fue esa apertura para irnos muy lejos en un sonido que estaba fuera de lo que pensábamos que podíamos hacer en términos visuales y en la letra”.
Remontarse a un trabajo como Anaranjado, el segundo ha sido un quinto integrante silencioso de Oh’Laville que desde la ingeniería de sonido y la producción del álbum
los ha acompañando. “Tenía una sensibilidad que a nosotros nos pareció interesante desde la aproximación a las canciones”, cuenta Andrés Toro. Castro está presente desde los ensayos hasta el estudio.
de su carrera, es recordar que quizás ese fue un terreno seguro, no solo en sus sonidos, sino en las imágenes y metáforas que albergaban sus le-
Quizás una de las producciones audiovisuales más ricas de Oh’Laville es Primitivos, una canción que evoca sensualidad y que muestra esa dualidad dulce y desenfrenada de la intimidad de una pareja.
“Es esa parte instintiva y ese lenguaje primitivo muy erótico, pero creo que captura muy bien el momento de la vida de la banda”, cuenta Mateo París, el vocalista.
“Estamos viéndonos a nosotros mismos en un momento de nuestras vidas, dejándonos llevar por nuestra parte primitiva y desbocada”.
La canción tiene momentos de mucha potencia, pero
“Esa canción existe hace unos dos o tres años y llegó con una idea de riff que trajo Silva y a partir de ahí empezamos a construirla. Pero no tenía letra ni una guía clara”, recuerda Lizarralde.
Dejaron quieta la canción por un tiempo, hasta que empezaron a desarrollar una idea fundamental: que las canciones tuvieran un hilo conductor rítmico, un elemento que condujera “y que fuera por lo que la gente finalmente la identificara”, añade.
Lo lograron integrando el cascareo de la salsa, “que lo hacen el bajo, la guitarra y el hi hat en la batería”. Está tan bien cimentado en la base de la canción, que es prácticamente imperceptible y no se siente como una canción de salsa sino de rock.
“Como eso le dio otra onda a la canción y la volvió un poco más bailable, ahí dijimos que esta tenía que ser de celebración. Sigue siendo oscura porque la armonía lo sigue siendo, pero es una oscuridad que merece ser celebrada, cantada y bailada, como una fiesta del fin del mundo”, señala