Maduro autolegitima el régimen venezolano
Autolegitimarse, criticar el “intervencionismo” y una reunión con países de la región, tres temas principales de su discurso.
En su discurso de posesión, defendió la “democracia” de su país, criticó la intervención del Grupo de Lima y destacó que “lucha por el pueblo”. OEA y líderes mundiales insisten en su ilegitimidad. ¿Qué viene?
La expresión del latín “excusatio non petita, accusatio manifesta”, que significa “excusa no pedida, acusación manifiesta”, puede resumir el discurso de posesión del régimen de Nicolás Maduro, para el periodo 2019-2025, durante la mañana de este jueves en Caracas, Venezuela.
La jornada, que estuvo acompañada de lo que se podría llamar “el club del autoritarismo”, es decir, por los presidentes de los países de gobiernos autoritarios, como Evo Morales (Bolivia), Miguel Díaz Canel (Cuba), y Daniel Ortega (Nicaragua), y con representantes de Rusia y Turquía, por ejemplo, se extendió durante al menos dos horas.
Fueron tres momentos los claves de su intervención, la cual tardó una hora y siete minutos, en la que se dedicó a recordar al fallecido Hugo Chávez Frías, revalidar su elección y decirle al “pueblo” que es el que inspira su lucha.
Paso a paso
En el primer punto se enfocó en justificar cómo se mantuvo al mando, repitiendo con frecuencia que ha sido un camino “constitucional y legal” en el que, a su juicio, se ha respetado “la democracia”. Incluso expuso la pequeña Constitución azul, que acostumbraba a mentar el fallecido Hugo Chávez, leyó un artículo y sonrió, dando como cierto que era del todo legal posesionarse ante el Tribunal Supremo de Justicia y no ante la Asamblea Nacional.
“Llevo la banda presidencial que me dejó el comandante Chávez en encargo. Es la misma, porque es la misma causa y llevo su misma fuerza”, dijo en sus primeras palabras, con las que también recordó a Simón Bolívar, aprovechando para lanzar pullas al presidente de Colombia, Iván Duque, tras las reciente declaraciones que hacían referencia al respaldo de los “padres” norteamericanos en el camino independentista de los países de América del Sur.
“Tengo los símbolos sobre mi cuerpo. La banda presidencial con los colores de la bandera que rinden homenaje al Ejército de Simón Bolívar, no del Capitán América...”, dijo.
El docente internacionalista de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo Jassir, manifestó que con la primera parte de su intervención, Maduro quiso demostrar y consolidar que le había ganado a la oposición. “Lo que ha hecho es demostrar que le ganó –a las malas y con trampas– a la oposición, legitimando su segundo mandato”.
El segundo punto en el que ahondó Maduro tuvo que ver con las críticas que realizó a los países del Acuerdo de Lima, el cual desconoció la nueva posesión del régimen.
“¿Puede un gobierno inmiscuirse en los asuntos de otro?”, preguntó Maduro, tras señalar que el “cartel de Lima” sacó un comunicado de “carácter ofensivo, violatorio del Derecho Internacional Humanitario (DIH) e intervencionista”, y cuestionó que “los gobiernos de derecha” que firmaron el comunicado están cartelizados contra un país noble como Venezuela. “Este grupo de derecha pretende darnos órdenes de qué debe
94 delegaciones de gobiernos del mundo asistieron a la posesión, según Maduro.
hacerse dentro de Venezuela, qué hacer en el parlamento, como si fuera un país intervenido, colonizado...”.
Pese a los reclamos de Maduro y a la solicitud de rectificación del documento publicado por el Grupo de Lima, representantes de los gobiernos que lo firmaron –incluyendo a Colombia– volvieron a rechazar a Maduro. La Organización de Estados Americanos (OEA),
que sesionó a la par de la posesión, aprobó con 19 votos a favor desconocer este nuevo mandato y, además, solicitó nuevas elecciones, que Venezuela permita el ingreso de ayuda humanitaria y la liberación de los presos políticos.
Como tercer punto, se puede destacar que hizo un llamado a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), que consistió en buscar un diálogo con las “naciones de América y El Caribe”, en aras de encontrar puntos comunes para acabar con “el intervencionismo”.
“Tienen miedo de vernos cara a cara, de escuchar nuestra verdad. Si así fuere, yo planteo que, ojalá un grupo de países latinoamericanos to- mara la iniciativa de hacer un grupo para la reunificación de América Latina y el Caribe”.
El internacionalista Jaramillo Jassir señaló que este punto se puede interpretar como una señal de que “no se encuentra, ni se siente, aislado”, pues el Alba es “lo único que queda del proyecto de política exterior de Chávez”, y con ello pretende “contrarrestar ese aislamiento”, por lo menos con los países del grupo de Lima, aunque hay que destacar que durante la jornada hubo presencia de delegados de los gobiernos de México –cuyo presidente, Andrés Manuel López Obrador, dijo que no había tiempo para meterse en asuntos de otros países– y de Uruguay, aunque, como destacó el analista, no “eran representantes del alto nivel”.
Rechazo e ilegitimidad
La OEA, que sesionó con su Consejo Permanente, a la misma hora de la posesión, decidió, además de no reconocer a Maduro, adoptar, de conformidad con el derecho internacional y la legislación de cada nación, “las medidas diplomáticas, políticas, económicas y financieras que consideren apropiadas para contribuir a la pronta restauración del orden democrático”.
Sin embargo, este no fue el único sector político mundial que rechazó el actuar del régimen. Estados Unidos, desde el principio, criticó este proceso y ayer se sumó la Unión Europea, que en una comunicación destacó que “lamenta que Maduro emprenda un nuevo mandato sobre la base de elecciones no democráticas”.
Otra reacción llegó desde la oposición. En esta ocasión fue Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, quien tomó la vocería para rechazar “la usurpación del poder” y destacó que “por primera vez desde 1958, Vene- zuela tiene un gobierno de facto, vive en dictadura, es un Gobierno que no fue electo por el pueblo, y ante esta realidad; el Parlamento propone declarar la usurpación del cargo del presidente”.
¿Qué viene para Venezuela?
Al plantearle la pregunta al internacionalista Jaramillo Jassir, plantea tres posibilidades, que van desde un recrudecimiento de la violencia y las acciones contra los críticos, hasta la posibilidad de un golpe de Estado.
En su orden, el analista describe que “el régimen se recrudecerá” y que la “Asamblea Constituyente presentará un borrador de la Constitución con mayores poderes a una Asamblea popular, y más alineada a la izquierda”.
Segundo, señala que se podría lograr una negociación y transición con la oposición, pero esto dependería de que la encuentre “un acompañamiento internacional” que permita alcanzar un diálogo con el régimen.
Y, finalmente, menciona la posibilidad de un golpe de Estado, recordando que ya ha habido levantamientos militares, como el conocido como “el alzamiento de Valencia (Carabobo)”, que terminó con dos militares muertos y 10 detenidos, en agosto de 2017. “No descartaría que se dé una ruptura dura del chavismo y haya un golpe”.
Coincidiendo con lo que plantea el internacionalista, ayer el diario Washington Post, citando fuentes anónimas, publicó que el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, le había pedido el mes pasado la renuncia a Maduro, aunque, casi de inmediato, el régimen desmintió esa información
“La oligarquía y el imperialismo, que bastantes dictaduras han impuesto, ahora tratan de desfigurar nuestra trayectoria”. NICOLÁS MADURO Presidente de Venezuela